DEVOTOS.
537
don6
á
sus mas caros amigos; lo mismo era
conce-Dia XXVIII.
bir alguna sospecha contra alguno, que
mand~ffle
matar. Todos los que eran de la raza de los Asmo-
néos,
ó
que tenían alguna autoridad, perdieron la
vida sin ninguna formalidad de Justicia. Pero
Dios
castigó la crueldad
y
la inhumanidad de este Prínci-
pe bárbaro con una enfermedad horrible ; pues salie-
ron
de su cuerpo una infinidad de gusanos , que
co....
miendosele
á
bocados,
~xhalaban
un hedo.r intolera-
ble; tanto, que muchas veces quiso -él mismo ma....
tarse , para libertarse de los dolores
y
del horror -que
se tenia
á
sí mismo. Y viendo que los Judíos se ha-
bian de alegrar de su muerte, mandó que luego que
hubiese espirado ,
degol~áran
á
todas las personas de
calidad , las que antes habia mandado prender, todo
con
el
fin de que cada familia distinguida tuviese
motivo de llorar en su muerte. Esta orden no se
eY"'-
cutó ' porque el desprecio
y
execracion en
qLl .
'<"'•
tuvo
su memoria, no
da~an
lugar
á
que
se hiciE'.se
caso de lo que había
mand-ado
quien
ya
no
podía ha-
cerse temer.
Este era Herodes; el qual no pudiendo
ya
du–
dar d 1Nacimiento milagroso de un Nifio, de quien
se publicaban tantQs prodigios ,
y
no dudando
que
habia sido burlado, se inflam6 en un extraiío furor.
)3us sospechas, su temor , su atnbicion le arrastraron
á
una especie de dcsespernciun ;
y
q•1eriendo desha–
cerse
á
qualqui r pr "'c:o d
1
Niño rccknnacido, to...
mó la
bt:irL
ra res
h1c!ot1
de hacer p:isar
á
cuchillo
á
h
d s lo
01110s
de pecho, no dudando sería en–
vuelto en
t.1
tn
L'
nz·
g
·ner~l
l que buscaba. Di6,
pues , sus órd n s para ello ,
y
mandó
á
to"ios us
Ofi-