EXERCICIOS
,
Diciembre. fesion de piedad. ¡Cosa extraña! La soberbia se ha–
lla
algunas veces en las mismas humillaciones ; se
puede parecer humilde, afable, modesto, por vani–
dad. No nos admirémos de
que
Jesu-Christo ese ..
giese el estado mas humilde; no p dia darnos reme–
dio mas_eficáz para curar es ta hinchaz 'n de cora–
zon, que su exemplo;?,
y
qué frutos sacamos de
él'?
¡Ah Salvador
y
Dios mio! ¡cómo mi soberbia
me humilla, quando os considero en el lugar de vues–
tro nacimiento
y
en el de vuestra muerte!
?.
cÓ;:no
me atrevería yo
á
parecer ante Vos con un, cora–
zon soberbio, hinchado, vano,
y
en unas disposi–
ciones tan contrarias
á
las vuestras'?
á
Vos toca , di–
vino Salvador mio, hacer
el
milagro. Curad mi al–
ma de la
s
berbia que la domína; inspiradme vues–
tros sentimientos de humildad; hacedme humilde,
para que en
el
di hoso dia de vuestro nacimiento
sea agradable
á
vuestros ojos.
JACULATORIAS PARA ENTRE EL DIA. -
Osténde nobis, D ómine, misericórdiam tuam,
&
sa–
lrttare tuum
da nobis.
Salm.
84.
Venid , Señor ; hacednos ver los efeB:os de vuestra
misericordia ,
y
dadnos vuestra ayuda.
Hoc sentlte in vobis, quod
&
in Christo
Jesu.
Philip.
z.
Tengamos los mismos sentimientos que tuvo Jesu–
Christo en su nacimiento.
PRO-