DEVOTOS.
tur. Et omnis turba qucerebat eum tángere: quia vir-
Dia XIX.
tus de iilo exl'ba.t,
&
sanabat omnes. Et ipse elevatis
óculis in discípulos suos, dicébat: Beati páuperes,
quia vestrúm est regnum Dei. Beáti, qui nunc esurí'-
tis, quia saturabímini. Bedti, qui nunc fletis, quia ri-
débitis. Bedti éritis cum vos oderint homines,
&
cum
separáverint vos,
&
exprobráverint,
&
ejécerintno"4
men vestrum tamquam malum propter Fílium hómi-
nis. Gaudéte in illa die
,
&
exultdte
:
ecce enim mer-
ces vestra multa est in c<Elo.
MEDIT ACION
DEL ESTADO DE HUMILLACION
de Jesu-Christo e11 su nacimiento.
P U N T O · P R I ME R O.
C
onsidera' que por incornprehensible que sea
·al
entendimiento humano el mister io inefable de
la Encarnacion del Verbo ; se puede decir que nada
es mas pasmoso, nada d·a mas golpe, que el estado
humilde en que
quiso
nacer el Verbo Encarnado. El
entendimiento se pierde en este abismo profundo
de
las humillaciones del Salvador del mundo. Un Dios,
el
Ser supremo,
infinito ,
omnipotente, que con
un
solo aél:o
de
su vo}untad sacó
de
la
nada
todo lo
que existe , y en
~uya
presencia los Reyes , los
Prín–
·cipes , los Grandes , todo el
U
niverso junto es nada;
·este Dios se hace niño e11 el seno de una Virgen. El
prodigio pasma , es yerdad ; pero
habiE~ndo
determi–
nado hacerse hombre;
~qué
Madre podía escoger
mas
d~gná
que
una
Virgen~ ~qué
Virgen mas
digna
que