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EXERCICIOS
Diciembre. dad, hombría de bien , devc:cion ; porque en fin,
~quién
se avergüenza
de
"'sta
regl~.
de nuestras cos..
turnbres, sino unos libert i ios , in ames por sus diso–
luciones
y
por sus vergonz
sos
de órdenes'?
~ sino
U!las
mugeres mundanas -, he has la fábula de toda
una Ciudad por la corrupcion de todas sus costum–
bres '? E l E vangelio cont ie e los e minos de la salva–
don , las máximas de
la
sabiduría divina, es el resú–
men
dela religion christiana.
¡Qué
infamia, qué 'des–
honra, qué ignominia, avergonzarse de todo esto!
A
medida que se meditan las verdades del Evangelio,
las mas .obscuras se desenvuelven,
y
se hacen inteligi..
bles a l espíritu; se reconoce
un
Dios infinitamente
bueno,
infinitamente equitativo,
ya
sea en lo
gue ha
h echo
para
curar la enfermedad del pecador,
ó
en
lo
que debe hacer para castigar su obstinacion. Dulce
€studio de las almas christianas, que las entretiene,
las
vi1 ifica,
y
las indemniza de las alegrías pasageras
en que el mundo se ocupa, de esas sutíles inquisi–
ciones de que se alimenta el curioso ; pero donde
al fin no encuent ran ni el uno ni el otro ; sino una
deplorable indigencia ,
y
una profunda ignorancia
de los
verdade ros bienes.
·
El
Evangelio es
del
capít ulo
6.
de
S an
Lucas•
.
TN
illo t émpore :
D escéndens
J-esus
de
monte, stetit
1
in
loco
c,ampéstri,
&
turba
discipulórum ejus,
&
mult itúdo
copiosa
plebis
ab
omni
]udcea
&
J-erúsa–
lem
,
&
Marítima,
&
Tyri
,
&
Sido
nis
,
qul
vénerant
ut audírent
eum,
&
sanaréntur
a
languóribus suis.
Et
qu~
vexabá.ntur
a
s~irít~bus
immúndis., curabdn-
t ur.