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EXERCICIOS
Diciembre. zaro. Encontrando esta divina palabra ·1:ma tierra tan
bien preparada; es decir, una alma casta,
y
un cora–
zon noble
y
generoso, produxo abundantísimos fruto s.
Derramando el Hijo de Dios con abundancia sus gra–
cias sobre el hermano
y
la hermana , los hizo bien
pronto dignos de su benevolencia
y
cariño. No pasa–
ba vez por Betánia J esu-Christo, que no viniese á hos–
pedarse en casa de este discípulo privilegiado. Las
conve rsaciones familiares que tenia con el Salvador,
encendieron en su corazon un amor para con él de los
mas ardientes
y
mas tiernos. La castidad que hacía
á
San J uan el discípulo amado, hacía á San L ázaro el
amigo de corazon, sin que esta predileccion del Sal–
vador causáse
Jos
menores zelos entre los discípulos,
ganando
y
previniendo á todo el mundo en su favor
la mansedumbre, la humildad
y
la modestia de nues-.
tro Santo. Su casa servía de retíro al Salvador quan–
do predicaba en las inmediaciones, en la qual toma–
ba su refeccion ,
y
dormía ·por la noche. El hermano
y
la hermana eran demasiado est imados del Salvador
para no alcanzar la conversion de María su hermaná
menor. Como ésta moraba en su Castillo de Magde–
l o.n en Galiléa, no se habia aprovechado de las visi–
tas de Jesu- Christo; por otra parte su vida licenciosa
era un grande obstáculo para que la gracia obráse en
su
c razon; pero l a oraciones de Lázar.o
y
de Mar–
ta con iguieron la conversion de una pecadora, en cu–
ya
salvacion eran tan interesados. El H ijo de Dios
oyó favorablemente sus afetl:uosas plegarias; y pre–
dicando en Betsáyda y en Cafarnaún , pueblos eci–
nos
al
Cas tillo de Magdelon , fue
María
á oirle ,
y
se
con~