328
E XERC ICIOS
Diciembre. nuestro reposo! El temor,
ó
por mejor d:ecir, la segu–
ridad de perderlos un dia, nos sobresalta
é
inquieta
contínuamente. El amor de las criaturas es insepara-.
bie
de la inquietud, del pesar y de la tristeza . Vos so–
lo, Dios mio,que sois toda mi felicidad, Vos solo po..
deis ser mio todo el tiempo que yo quisiere. Ninguna
aventura, ningun accidente , ningun poder enemigo
puede robarme mi tesoro ; no tengo que temer en un
objeto tan amable, ni disgusto ni mudanza. Aún en
la suposicion que se encuentre un objeto criado, dig...
no de nuestro
amor;~
quién podrá asegurarnos que él
nos juzgará dignos del
suyo~
Este Dios tan podero–
so, tan
per~eB:o,
tan amable, no solo no se desdefia de
nuestro corazon, sino que se complace en
él .;
gusta,
por decirlo así ,
y
quiere hacer de este corazon sus
delicias:
delícice mece esse cumfiiiis hóminum.
Un na..
cimiento ol;>scuro, un entendimiento mediano, una
desgracia te hacen el desecho del mundo. Pero
s~ibes
que si amas
á
Dios, este Dios
te ·mi~a
con ojos de
complacencia. Los Grandes no hacen caso de
tí;
pe–
ro Dios te ama. Tus concurrentes, tus envidiosos te
aborrecen; pero Dios te quiere;
¿,y
no amarás
á
tu
Dios~
¿,Qué sentimientos de reconocimiento
y
de
amor no se excitarían en nuestro corazon, si supiése...
mos
qu~
el mayor Rey del Universo nos honraba con
su amistad y
benevolencia~
Vos me amais,
Dios
mio;
todas las cosas me lo dicen; todas me lo prueban; to–
das me lo demuestran; ·¡y yo no os amaré
á
Vos !
Esto es hecho, Dios mio; yo os amaré,
Dios
de
mi corazon; y pongo p r testigos al Cielo
y
á
la Ti r..
ra de que no quii=ro vivi r sino para amaros. Haced,
Senor, que esta resolucion sea e:ficáz.
JA..: