DEVOTOS.
32r
santas
Leyes
y corrompc:doi:es de la Disciplina:
Di~
XVI.
Habiendo vuelto
á
su Iglesia el Santo Obispo,
tuvo un Concilio el año
870 ;
y
asistió
á
otros dos
celebrados en la Ciudad de Chalon sobre el Sona, el
a.ño873 ,
y
875. .
Pero aunque no habia negocio de
importancia en la Iglesia en q_ue no se viese obliga–
do
á
tomar parte ,
y
aunque las necesidades de su
Diócesi d"aban que hacer bastante
á
su solicitud.Pas–
toral; todos estos negocios no le hacian cercenar na–
da de
SU
freqüente oracion,
ni
de la severidad de
.' U
ayuno ,
y
demás austeridades;
y
aunque e taba
cont ínuamente ocupado en atender
á
las necesida–
des exteriores de los fieles , tenia siempre
el
espír i–
tu tan recogido, que jamás se le veía distrahido. Era
tan infatigable en
el
exerci io de sus funciones Epis–
copales, que lexos de dar
á
su cuerpo el reposo ne–
cesario , pasaba la mayor parte de la noche en ora-
ion y en el estudio. Ilustró su siglo con los fr utos
de
sus estudios
y
de us trabajos. Además del Mar–
tirologio de que hem s hablado ,
y
que le hizo tan–
t
honor, compuso la historia
d 1
martirio de
San
Didier , Arzobispo de Viena,
y
la vida de San Teu–
dero, Abad de la
misma
Ciudad. Tenemos tambien
de él una Crónica uni ersal desde el principio
d 1
mund
has ta el
fi n
de su vida , dividida en seis eda–
des: la primera
esde el pr incipio del mund hasta
el dilu
i
:;
la segunda des e el diluvio hasta Abra–
h án
·la tercera, desde A
brahán
hasta Da id:; la
quar–
ta, desde Da id hasta la cautividad
de
Babilonia;
lá
quinta ,
d
sde la cau ti idad de Babilo.pia hasta el
n
cimient de Jesu-Christo; y
la
sexta, desde
el
na–
cimient de Jesu-Christo hasta el
tiempo
en
que
X
el