DE V OTOS•
.cieron
el viage. Luego que llega ra
á
Catánia, se
fue-
Dia
l{III•..
ron al sitio donde estaba el se ulcro,
y
se pusieron
·en
oracion. Com estaban muy fa tigadas , Santa Lu-
.cía se quedó dormida,
y
durant este sueño se la apa-
.reció Santa Agueda acampan
a de muchos
Ange-
l es,
y
encarandose con ella, la d ixo: Lucía, querida
h ermana, esposa sagrada de nuestro comun Salva-
d
r,
~por
qué m..., pides lo que por
tí
misma pqedes
alcanzar fácilmente?
Jesu-Chri~to,
tu esposo
y
mio,
te conoedG! gustosamente la salud que tanto deseas
de
tu
madre ;
y
como este Sefior se ha dignado hacer
e
/lebre la Ciudad de Catánia por honrarme á mí ; así
_tambien quiere que tu nombrt haga célebre la Ciu-
dad de Siracusa; tu alma le es grata
y
preciosa;
y
en
la pureza de
tu
corazon encuentra una habitacion
agradable. Acabadas de decir estas palabras,
desa~
pareció la vision.
Habiendo despertado Lucía, exclamó :
Madre
mia muy
amad'Gl , ya
es~á
Vm.
curada; por la ínter...
cesion de su esposa Santa Agu da la ha dado Dios
á
V:m.' la salud
;1
alémos1er~rnilde1¡nente
las gracias.
Despues de
hq.~ber mos~rado
$U
reconocimiento
á
Dios
y
á
su
santa proteétora, quedaron
muy
conten–
tas entrambas; pero antes de retirarse del sepulcro,
a\>razando
Lucía
á
su madre , que estaba penetrada
toda.de.reconocimiento por
un
beneficio tan señ
la!..
d ,la dixo:
Mi
querida madre, Dios acaba de hacer–
la
á
V
m.
un gran favor,
y
yo
me
lisongéo que Vm.
no
Jn~
negará
el que yo
la
pido por amor de Dios; este
es, que no m·e hábie Vm. de casamiento ; he eonsa.z.
.grad0 mi virginidad
á
Jesu-Christo ; ,estimaré lle e
Vm.
á
bien no tenga yo otro esposo que
á
este Señor.
Eutíquia enternecida
y
embelesada al mismo tiempo
R3
de