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1JE!/70TOS.
~rr:
~he
b
aeo~ardaron
tii
emba1!'<tz;ati011
ei
~me
elespues Dia X.
de !Thab@r caminadlo
así
mas de diez leguas ,
~tegáse
,
por la mañana
á
la
Ciudad~
Se metió desde
lneg(}
eon .
Julia en
el.
palacio
cle1
lPrefeét:o,
y
apenas
se
aiorió
la Audiencia , se
pre.se111t©
arnüm.1(0)sa
al
Triorii;;ia;[ ·
de[
Juez.
Lo mislllilo
füe
ce>mpatiee@.r
Calfü:Fn~iano
en su
dosél,
que
dexandose
E
idalia
Uevar
de:l mismo
~spí-
ritu que la babia hedm dar estos pdm@ros pasos,
echar]e en
Gara
con
:va~en,tia
la
irarip~edad. ·del
cliho,
que él
y
fos demás JJólatras
da:~~iI a~ dé1~011i0>
,
ofre..1.
ciendo incienso
á
los ldolos de madera
y
4e
piedra.
Sorprendido @l Juez al ver
b .
intrepiuéz de una don-
cellita , que em sl!l ay¡l'e
y
em sms m.®daJes
parn~i.a
ser
tnwger
de calidad, la piregmntó
lqt~¡árr
@ri,
y
·por qué
hablaba con tanta osadia
~
Soy Christiana , respon-
dió Eulalia,
y
el Dios
~erdadero
, tode poderoso,
eterno
y
único que
adoiu> ,
me irnspira el
h0r~or
que
tengo á
vuestra impiedad.
~Pero
sabes tú,
filija:
mfa,
r-eplicó Calforniano , sabes con quien hablas
y
ante
quien
estás'~
Sí' replicó Eu.falia; Sé que tengo
1~
hon-
ra de hablar c<0n el suboidegado dd
G@_ber.naclor,
'Y
por eso mismo me tómo fa libertad de vepresentar-
le
la
impiedad que comeÉe, en querer obligar
á
los
Christianos
á
of~écer
sacrifici<0.
á
unos Dioses de maw
dera
ú
de piedra. Calforniano
mov~do
todavía
á
cornpaision
de
una donceUita tan joven:, proeuró ga-
.:.
narla , ya fuese con iJrornesas , ya con amenaza·s;
mas viendo que todo era inútil,
y
que persistia
siem-
pre en deeir que era Christiana ,
y
que nada deseabá
tanto como dar su sangre
y
su vida por Jesu-Christo,
mandó el Tirano
á
dos verdugos la cogieran ,
y
la
hicieran sufrir las torturas
y
tormentos destinados.
para los mas· delinqüentes.
Co ..