Bo
VIDA DE
CH
RISTO
gados sobre los Judíos por
los
Romanos ; profesion
muy infame en toda la Judéa. Habiendolo visto
el
Salvadon~:fntado
a
la mesa del
d~spacho,le
dixo que
Je _
siguiera. Levántase al ins.tante Matéo, dexa su empléo
.a sus subalternos ' abandonalo todo por seguir
a
Jesu~
Christo;
y
para hacer mas pública su conversion
Je
ruega va
ya
a
comer
a
su casa. Todo es leccion , todo
es
mi~terio,
como diximos
yá,
en la vida de Jesu–
Christo : este Divino Salvador , para hacer vér que
había venido singularmente para
los
pecadores, acep–
ta el convite, com© en casa de su nuevo Discípulo,
y
quiere que sea en compañía de muchos Publíca–
nos. Los Fariséos no dexaron de escandalizarse de
esto: habíalo previsto Jesus ;
y
como murmurasen ,
de ello en voz bastante alta : les dixo , que los que
estaban buenos no necesitában de médico ; que los
que lo necesitaban, eran los enfermos :
y
así añadió:
Sabed que no son los justos
a
quienes yo he venido
a
buscar para la penitencia , sino -los peca,dores :
Non
veni vocari iustos, sed
peccatore~
ad prEnitentiam.
(q)
Aumentabase y crecía todos los dias la opinion
y
fama del Salvador ; en todas partes se hablaba con
admiradon de la santidad de su vida , de la pruden–
cia de sus respuestas, de la pureza
y
sublime espiri–
tualídad de su doB:rina , de lo estupendo de sus mi–
lagros ;
y
todo el mundo confesaba , que así como
el Sol al medio dia hace desaparecer todos los demás
astros, así la
santi~d
y
los prodigios de J esu-Chris–
to obscurecían
y
disipaban todo quanto
s~
había visto
de prodigioso
y
extraordin<;lrio antes de
él.
Pero lo que
hada
la
admiracion de todo el mundo, ocasionaba
ze-
(q)
Luc.
5.