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VIDA DE CHR!STO
todo poderoso, el árbitro de toda la naturaleza. (o)
Em...
belesado Jesus de este sentimiento afeétuoso de humil–
dad, le d· ::w : No temas; pues como .yá te he dicho,
lo
que cogerás de hoy en mas, _no serán peces , sino
hombres; y esta pesca, de que la de ahora no es si–
no .una fi gura, será toda milagrosa : todos
los
que
h an venido an tes de mí , han trabajado en vano to–
da la noche; solo tú, y los que Yo enviaré, tendrán
poder para ganar para Dios todo el Mundo. De este
modo formaba el Salvador
a
su Discipulo, para hacer lo
cabeza v.isible de su Iglesia,
de
la qt;te aq·uella barca
y aquella pesca eran figura: y quizá por lo mismo, di–
ce el Evangelista, que aquella barca era de Pedro,
sin hacer mencion de su hermano Andrés , como tam·
poco de Jacobo ni de Juan, sus compañero$.
Pocos días despues, habiendo visto un
l~proso
a-1
Salvador, se pastró delante de él,
diciern.d0~€: S ~ñor,
vos podeis librarme de mi lepra solo con qu·e querais:
Y
o
fo
quiero, respcrndió el Salvador : sin aguardar
a
que le suplicase por mas tiempo : Yo lo quiero,
lím–
piate de ello;
y
en el mismo instante quedó todo stt
cuerpo sin la
meno~
mácula.
Habiendo vuelto Jesus
a
Cafarnaúm, no bien se
había sabido su llegada, quando toda la casa se llenó
de gente; entre otros había.muchos Fariséos
y
Doéto–
res de
la
Ley, que habían ido
a
J erusalén por ·oírle.
Apenas había empezado
a
hablar, quando se vió pues–
to
a
sus pies un paralítico' al qual lo llevaban quatro
hombres.; los que no habiendo podido romper por en–
tre la muchedumbre' les había ocurrido subirlo
a
lo
alto de la casa sobre el
t~xado,
y
baxarlo por el
techo~
..
jun-
. (o)
Luc._5.