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V IDA DE CHRISTO
paloma, lo he conocido, y doy t est imonio que él es el H i 'o
de Dios
:
"Ego vidi :
&
t estimónium p erh!bui quia hic
,,
est F!lius Dei.
(k)
"De este modo desempefíaba
el
santo Precursor las obligaciones de su ministerio.
El dia siguiente por la tarde, pasando
J
esuis por el
mismo parage, no bien lo hubo visto San Juan, que
acababa de despedir
a
los
que habían
ido
a
oírle,
quando dixo en presencia de dos de sus discípulos , que
se habían detenido :
Veis ahí el Cordero de Dios.
Los
dos discípulos oyendo decir
a
su Maestro que
J
esus
era el Cordero de Dios, comprehendieron desde luego
que
J
esus era el Mesías ; siguieronle , pues ; y ha–
biendole preguntado dónde estaba alojado,
lo
acom–
pañaron hasta su alojamiento. Su conversacion los
confirmó bien presto en su opinion ;
y
desde la pri–
mera vez que le oyeron hablar ·, conocieron que ha–
bían encontrado al Salvador. El uno de los dos, lla–
mado Andrés; saltando de gozo dexa por un instante
a
Jesu-Christo,
y
vá
a
visitar
a
su hermano Simon,
que había encontrado al Mesías:
Inven7mus Messíam.
Los dos hermanos fueron
sin
detenerse
a
juntarse otra
vez con el Salvador , quien mirando
a
Simon
,
sobre
el
qual tenia ya formados sus designios, Je di?Co : Has–
ta ahora te has llamado Simon hijo de
J
onás; pero de
aquí adelante te llamarás Cefas, que significa Pedro
o
piedra. Por esta distincion
y
preferencia del Salva–
dor,tuvo San Pedro
la
prerrogativa de ser puesto el pri–
mero en el número de los discípulos de
J
esu-Christo;
pues
a
él fue
a
quien el Salvador dirigió desde luego
la
palabra' y
a
quien destinó desde entonces por una
predileccion bien oonocida,
a
ser
la
cabeza de su
I~le·
s1a,
(k)
'Joan.
r.