SEñOR NUESTRO.
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·vendían palomas, les dixo : Quitad esto de aquí,
y
no hagai s de la Casa de mi Padre una casa. de negocia–
cion.
i
Qué hubier3 hecho el Salvador, dice
el
Vene–
rable Beda, si hubiera visto que había
~ontiendas
y
riñas en el Templo; que muchos se abandonaban en
él
a
risotadas disolutas; que se hablaba de bagatelas?
t.
Qué hubiera hecho con los tales, el que echó del Tem–
plo
a
los que en él compraban lo necesario para ofrecer
sus sacrificios?
t,
Y
qué
h~hiera
hecho, si hubiera V·Ísto
las irreverencias
y
profanaciones que vemos.
en
el
día
de hoy?
La surnision con que recibieron todos esta correc–
cion de una persona que parecía no. tener ningun de–
recho para hacer un atto tan expreso de al;1toridad,
y
que todavía no se había manifestado con milagros,. ha
parecido
a
los Santos Padres: un milagro,particular ;.
lo
cierto es , que aqud hombre tan poco conocido hasta
entonces, vino
a
ser desde aquel punto
la
admiracion
de toda
la
J
udéa.
Todo el tiempo que Jesu-Christo- s-e detuvo en Je–
rusalén, fue una continua serie de prodigios.. Las en–
fermedades mas incurables desaparecían delante de él;
los demonios no podían sufrir su prescmcia ; no había
energúmeno que no quedase libre
a
la menor insinua–
cion de su voluntad ; las olas se endurecían debaxo de
sus pies; el mar ..
los vientos, las tempestades , todo
obedecía
a
su voz ; los Cielos, la Tierra , los Infier–
nos' todo cedía' todo estaba sujeto
a
sus órdenes;
al
menor de sus preceptos, toda la naturaleza olvidaba su
harmonía ' sus reglas
y
sus leyes ; mandaba
a
todas las
criaturas , no como Oficial subalterno , ni tampoco
como Ministro del Altísimo , sino como Dueño abso-
Iu...