SEñOR NUESTRO.
S9
necesidad ; respond ióla
J
esus: Muger ·¿,que te vá
:a
tí
iH
a
mí en esto?
(ll)
(La palabra muger, de quese sirve Jesu–
Christo en esta ocasíon,no es un término de éij.'rogancia,
y
mucho menos de menosprecio : la voz
Muger
era en–
t re los Hebreos un término político
y
de respeto , como
l o es entre los Franceses el de
Madama,
y ·
entre los
E spañoles el de
S eñora.
)
T odavía no ha llegado
mi
hora : quiere decir , que sin que la Virgen se lo hu–
biera rogado ' no hubiera empez
ado tan pronto
a
manifestarse al Mundo con milagros públicos.No tenía
necesidad la 'Santísima Virgen de un.a respuesta mas
positiva : sabía demasiado bien que su Hijo no era
capáz de ne garla nada; y que bastaba mostrarle su
in–
clinacion , para ser oída al mismo instante : así se v
ió,
que llamó luego
a
los -criados ' y les dixo que hicieran
puntualmente quanto J esus les dixese. Había en la ca–
sa seis tinaxas de piedra : es decir , de aquella especie
de alabrastro,que con facilidad se dexa trabajar del cin–
cél , y aun se puede tornear : estas tinaxas estaban
muy en uso entre los Judíos : servianse de ellas para
lavar los vasos en que bebían , y los cuchillos y otras
cosas de que se servían
a
la mesa; como tainbien por
s'i
alguno quería lavarse las manos y la cara
~ que
es lo
que llamaban los Judíos purificacion: cabía en cada una
de estas tinaxas sesenta
u
ochenta azumbres de agua,que
es lo que hacen las dos ,
o
tres metretas que dice
el
Evangelio. Dixo Jesus
a
los que servían , que llenáran
de agua las tinaxas ;
y
al instante aquella agua se con–
vir tió en un excelente vino. Este fue el primer mila–
gro estupendo que hizo en público el Salvador , cu–
ya vida fue despues un continuo texido de prodigios
H2
To-
(!i)
J oán.
2.