SEñOR
NUESTRO.
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y
mostrarlo ' dixo :
ro soy la voz del que clama en el
desierto
:
Preparad el camino al Señor
,
hacedle sende-
.
ros reaos
'
llenad los valles' altanad los montes
'
para
ver la salud que viene de Dios.
Yo soy, pues , esta
voz , que no cesa de grita r en el desierto: Purificad
vuestro ' corazones con el bautismo. de la penitencia,
humillaos, enderezad vuestros caminos , reformando
vuestras costumbres ' y preparaos por este medio
a
recibir
a
aquel que es la misma salud : por lo que
a
mí
toca , si yo bautizo , no es sino con agua ; pero
vosot ros teneis yá en medio de vosotros mismos , aun–
que no lo conoceis , al que esperais , y de quien yo
soy
el Precursor, este es el único que purifica el alma
perdonando los pecados.
§.
XIII.
EL BAUTISMO
DE
'JESU-CRISTO,
el qual comienza
a
tener discípulos.
H
Abiendo salido del desierto el Hijo de Dios, fue
cerca del parage donde J uan bautizaba ; el qual
v1endo1o acercarse, dixo en voz alta al Pu blo que
se había juntado alderredór de él: '? Veis a ese que vie–
ne
'?
monscrandoles
a
Jesus :
Ese es et Cordero de Dios;
ese es el que quita los pecados del Mundo; ese es aquel
de quien os he dicho : Despues de mí vi ne un Salvador,
que es antes que yo. ro no lo conocía
;
pero el que me en–
v ió
a
bautizar
,
me di:x.·o
~
Aqu l sobre quien vieres ba–
~ar
et Espíritu Santo, es el Hijo de Dios
;
y habien–
do ruisto
bawar
sobre él el Espíritu Santo en figura de
pa-