DEVOTOS.
'
do subido al Cielo , está sentado
á
I<i diestra de su
LA
AscEN-
Padre, decia S. Pablo
á
Jos Colosenses, debeis vo-
s10N.
sotros desprenderos de la tierra , para no suspirar
ya
sino por el Cielo ; para no
aficion~ros
ya sino al
Cielo. De aqui debe nacer un disgusto sumo
á
todas
las cosas terrenas ; de aqui un despredo grande de
todo lo que lisongea ' de todo .lo
q14e
brilla en el
mundo, de todo lo que deslumbra, Riquezas,
bon~
ras' dignidades ' puestos distinguidos' herencias
copiosas ,
¿
qué teneis de sólido , que pueda saciar
á
un corazon ,
á
quien solo Dios
pq~de
llenar
?
V
a~
J?idad de vanidades ; es
decir ~ ,
todo es fi?.enos que
nada en el mundo; solo en el Cielo podemo§ hallar
nuestra verdadera gloria,
y
nuestra feHcidad,
~l
misterio de la Ascension es un misterio de
de~eos.
Jesu-Christo subiendo al Cielo, nos convida
á
se-
guirle ; donde está nuestro tesoro , allí debe, estar
nuestro corazon. Jesu-Christo es nuesva cabeza;
,nosotros somos
S)lS
miembros;
~ebemos,
pues,
m~
rar el estado de separacion de ef, como un estado
violento para nosotros. Un verdadero siervo de
pios , un verdadero fiel vive con paciencia ,
y
mue-
re con alegría. J esu-
Ch~isto
es" nuestra guia ; él mar-
cha el primero,
y
nos manda que le sigamos; to-
rnar otra ruta, es· extraviarnos. Este divino
.Salva·
dor ha hecho todos los gastos del viage ; la gloria
de que toma posesion , es nuestra herencia ; pero
para llegar
á
la misma gloria que
J
esu-Christo, es
menester merecerla como Jesu-Christo; y
pa~a me~
recerla como J esu-Christo , es menester padecer co-
mo Jesu-Christo, Esto es lo que hizo decir
á
S. Pa,..
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Adímpteo ea r¡_uce
desunt
passiónum
Christi
in
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R
car..