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EXERCICIOS
t
LA
AscEN~
r:arne mea.
Cumplo en mi carne
lo
que
!alta
á
lo
srnN.
que padeció Jesu-Christo; es decir, lo que el
$e–
ñor quiere que padezca yo por su amor , y en satis:.
faccion de mis pecados , para poder de este modo
Hegar
á
Ja glori'a que me mereció con sus tormentos;
pero con la condidon , que yo cumpliese con la por–
cion de las penalidades qne me destinó ; porque si
fue preciso que
J
esu-Christo padeciese para
entr.aren
su gloria,
¿
quién se atreverá
á
pretender
la mis..ma gloria sin padecer? Esta gloria no se consigue
sino mereciendola ; pero tambien estamos
seguro~
que no la merecerémos jamás, sin que la consigamos.
No todas las penalidades que se padecen conducen
para la gloria del Cielo. Es menester que se padez–
can por la justicia
y
por Dios;
y
que las.santifique
nuestra sumisioh á la voluntad de 'Dios.
¡
QuántQ se
sufre todos los diás pot el mundo
!
j
Quánro .cuesta
el
querer distinguirse y gana fama en el mundo!
¿Y
qué recompensa? Pero no se quiere padecer por
el ·Cielo; aunque el precio Cle nuestros trabajos es la
póséslon 'dél
n:t'iShio
'Dibs. ,., ·
1
•
0
•
1
·
'
.)
Haz ;
'Señ-or,
qúe<
tomanc;Io parte hoy
en
la
glo–
ria
y
en .el gozo
d€
tu triunfo' parcicípe también
de
tus trabajos ; para que un día tenga parte
en tu
gloria ,
la
que
ha
sido
el
precio de estos trabajos•
.
,.
J
A C U L A T O R I A S.
1·
Trahe me; post te cttrrémus.
Cant.
t.
,
Señor,
tr.áe~1e ~n
pós
0
de
'VÓs
coh
1
:Vuestr.a graóa,
y
correré
sin
detencion.
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