DE VOTOS.
'53
,pa(a quienes. el
Par~íso
no
tendría
tnuy
grandes
LA A:scEN..
-atraélivos, si pudiesen ser eternamente
lo
que son.
SION• . ,
.Esto pasma ; pero ved aqui lo' que
tod~vía
es mas
extraño. No solo se preferiría el vivir eternamente
sobre la tierra
á
la ventaja de vivir eternamente en
el Ciel?, sino que este pocq de vida que tenemos
acá baxo,
~un
que tan corta, tan traba josa, tan
frá..
gil , no dexamos de preferirle
á
la eterna feli cidad
de la otra vida. Dos días de
~mbaucamiento
nos
ha-
cen olvidar aquel colmo de bienes infinitos; quatro
,pasatiempos inquietos , quatro placéres insípidos
nos quitan el gusto de aquellas inefables delicias ; se
prefiere
á
la 'posesi9n de _todo un Dios el menor
objeto criado.
Jesu-
Christo ha ido á prepararnos un
Jugar en el Cielo; ¿nos sentimos con vivos deseos
de irle
á
ocupar? <suspiramos mucho por aquella ce-
lestial Jerusalén? Es menester tener .un alma muy
bax_a; digámoslo mejor: es menester tener una
fe
pmy
enferma, para alegrarnos tamo
en
~l
lugar
de
nuestro destierro•
.
El E'Oangelio es del cap.
l 6.
de Stm Marcos.
.
.
<·
·TN
illo témpore:
Recumhéntihus
úndecim discí-
1
p!tlis appáruit itlis Jesus,
&
exprohrávit incre·
dulitátem
eórum,
&
durítiam cordis: quia iis, qui
r¡;jdérant eum resurrexísse, non credidérunt. Et dixit
eis: E úntes in mundum univérsum, prcedicáte E. van-.
gélium omni creatÚrte. Qui credíderít,
&
baptizáttts
fúerit, salvus erit; qui vero non credíderit con.dem–
r¡áhitur. Signa autem eos, qui credíderint, htec .re–
'J.Ué.ntur:
In
11ómine meo
dttmónja
ejicrnt;
lipguis
/o.,.
-
quéni