D I A
1
V.
RE FLEXIONES.
Son pocos los ique estan contentos con su suerte. El
que se ve en puesto elevado , quiere subir mas alto. No
hay estado, no hay condicion en el mundo , que tarde,
ó
temprano no cause tedio. La medianía desagrada,
la
abundancia altera. Van creciendo con nosotros nuestros
inquietos deseos
~
quanto n1as se les sustenta , mas insacia–
bles se
hacen~
Es nuestra vida una perpetua cadena de in–
quietudes; y por lo regL1.lar es nuestro proprio corazon
el
mayor enemigo de nuestro sosiego.
·
Los bienes criados solo tienen atractivo, quando no
se poseen : en poseyéndose fastidian. Hágase en el mun–
do la mayor fortuna que se qnisiere
~
solo se ocupa
el
pen~
samiento, y el deseo en la que resta por hacer. Los sucesos
desgraciados irritan nuestra
ambician~
los. prosperas la en–
d endeQ. Todos nacemos con cierto fondo de ambician, que
solo se acaba con la vida. No nos permite vivir tranquilos,
porque nunca está conten ta. Siempre se considera n1uy
aba~
JCO
el que juzga que puede subir n1as arriba•.
Quiere uno hacerse rico '· quiere ascender, quiere hacer
figur a. ¡Qué desvelos! ¡qué cuidados! ¡qué fatigas! ¡qué
disgustos !
~No
le ha de costa¡· mil trabajos .abrirse camino
por tanta multitud de estorbos, por medio de aqnella
prodigiosa 1nuchednmbre de envidiosos'- y de concurren...
tes~
¡Quántos desayres ha de s.ufrir
1
¡
qncintos peligros ha,
de precaver!
¡
quántos sustos ha de pasar ! Ascendió ya un
escalon : es preciso que se detenga mLKho tiempo .en
él
ames de pasar á otro. Pregunto
~· la
fortuna que se hace,
vale por ventura tanto con1o cnesta
~
Aumentóscle
á
-.ese
ambicioso la renta; pero tambien- se le aumentaron con ella
los cuidados. Verdaderamente que ,
radix omnium malo.–
rum
~st
cupiditas' quam quidam app ftentes
~
erraverunt
a
jide,
&
inseruerunt se dolcrlbus multis,
Aplícase el otro al comercio: y desde_luego se pro–
mete que ha de ser tan afortunado como otros muchos
que c01nenzáron con n1énos fondos. El que tiene ambi–
cian