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ABRIL.
M E D I T A C I O N.
De
la
imitacion de
los Santos.
PUNTO PRIMER.O.
e
Jnsidera, qué dichosos son los Santos : pues noso–
tros podemos serlo tanto con1o .ellos ,. con el auxilio de
la divina gracia ; siendo cierto, que solo estamos e.n la tierra
para gozar en algun tiempo la misn1a suerte que gozan
los Biena ventnrados en el Cielo. Es sin duda grande su re–
compensa ; pero no es menor la que Dios nos ofrece
á
nosotros. Ellos fué ton lo que nosotros sotnos,
y
nosotros
solo esta1nos aquí para ser lo que son ellos.
·
Busquemos el n1odo de vivir' que· mejor nos pareciere;
forjemos systenus de conciencia ,
y
de n1oral , como se nos
antojare ; a• uoricémos os con todas hls sutilezas , con to–
das las bemig us interpretaciones del atnor proprio : sienl–
pre será verdad que la vida de los Santos debe ser nuestro
1nodelo. Ello imiráron
á
Christo ,
y
nosot.t:os debemcs imi..
tarlos
á
ellos , s· queremos tener parte en la herencia de nues..
tro Padre Celestial. · Si pretendemos. arribar al n1ismo tér–
l11Íno ' hemos nlenester seguir el 111ÍS1110 camino. Es cierto
que ellos no andnviéron descaminados : ¿pues qué vamos
á
aventurar nosotros en tomarlos por
guias~
¿Podemos por
ventura escoger o tras? Y si es cierto que no hay otro camino
para el Cielo que el que siguiéron ellos , ¿adónde irén1os
nosotros
á
parar , si tomamos
otro~
Todos ad1niramos
á
los Santos , todos los alabamos ,
á
todos.· nos. encantan sus vidas quando l'as leemos. Su ino–
cencia, su modestia , su humildad , su mortificacion son
asunto de nuestros elogios: 2
y
no podemos temer que al–
gun dia sean sus virtudes el argumento de nuestra conde-
'
nacion? ¿Qué cosa esencial hiciéron ellos, que
no~otros
no
estemos indispensJblemente obligados
á
hacer~ Hici~.ron
ellos rigorosas,
y
largas penitencias por los pecados mas le–
ves : nosotros los hemos con1etido gravísimos :
~pues
quién
nos