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DI A IV.

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teces, de que tanto se paga el mundo. Inspi róle su virtud,

dicdmenes , y maximas mas conformes

á

la

Religion que

profesaba.

Y

aunque jóven , rico , y en medio de una Corte,

donde todo convi<.bba

á

la divcrsion, vivía con

la

ci rcuns-

.peccion , con el arreglo , con la devocion que

p~Jdiera

un

solitario. El tiempo que otros jóvenes de su edad,

y

de su

esfera dedicaban ordinariamente al juego ,

y

á

bs diversio–

nes , le empleaba él en leer libros espírituales , en oracion,

y

en obras de caridad. Esta virtud tan exemplar añadia

mucho esplePdor

á

su mérito. Todos aplaudian ,

y

aun

veneraban a Platon, como

á

la maravilla de la Corte , quando

Dios le inspiró la resolucion de dexarla , por atender úni–

camente al cuidado de

propria salvacion.

Resuelto ya el sacrificio , distribuyó los grandes , y

ri–

cos bienes que havia heredado de sus padres , p:irte en

sus hermanas ·, y lo demás entre los pobres. Rotos estos la–

zos , salió de Constantinopla

á

los veinte

y

quatro años

de su edad , cortado el cabello ,_ vestido de una ropa ne–

gra ,

y

se enea11inó

al

Monasterio del Monte-Olympo , en

el sitio llamad_o

lo1 S 1mbolos

,

para entregarse

a

la disciplina

de Theoctisro Abad. de aquel Monasterio.

Informad

el

anro Abad de

n

nombre , calidad ,

y

po~

cos años'

Jc

rareció qne

un

temperamento tan delicado

no podria con vida tan d gurosa, y no perdonó á medio al–

guno para desviarle de aquel intento ; pero quedó

asom–

brado , quando· oyó la resolucion" del generoso mancebo:

¿Qué importa,

le dixo,

que sea de ccmplexlon débil, si

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voluntad es robusta?

~Pun

qué no hemo1 de C(;ntar algo

Cún

la

gracia~

Yo Padre no vengo aquí para darme

á

Dios

á

medias: Tú has de ser el absoluto dueño de mi espíritu, de mi

voluntad,

y

de mi vida. A la verdad no podré hacer cosas gran·

du,

pero Jabré obedecer.

.Acreditó ad111irablemente su proceder

Ja

sinceridad de

su promesa. No

ht~ bo

hombre mas

humilde ,

mas l110rtifi–

cado,

ma

ex&.cto, mas rendido.

Hechíz :-~d o

el

-Santo Abad

de bs admirables di_ posiciones del nuevo di scípulo , no

omit

ió diligencia , ni atbitrio alguno que fuese conducente

p.ua

cultivar aquel

nobilísimo terreno.

Oc

u

pábale siempre

mu-