Table of Contents Table of Contents
Previous Page  64 / 554 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 64 / 554 Next Page
Page Background

ABRIL.

zur1,

quando se dexa percibir en ella la nncion de b di vina

gracia, que siempre acompañJ á

il

vetda iera penitencia. En

estando serena h concien

i,1 ,

el

corazon e

contento. El

pecador ,

dice·

el Espíritu Santo , afecta tambi12n

sus

apa–

liencias de paz ,

y

aun pretende persuadirno que

b

goza;

pero bien sabe

él

mismo que miente ,

y

que

e~ d

muy

Ié–

jos de tenerla :

Pax,

pax,

&

non

erat pax.

(

Jertm.

6.)

Al contrario , añade en otra parte el mismo Espíritu Santo,

bien podeis decir al hombre justo que se consuele ; porque

la alegría , la paz , la abundancia de los consuelo

interio–

res son .herencia suya, que le pertenece , son bienes reserva–

dos para él , que

embot~uin

pcrpttuamente

lJ.

puntJ 3 to–

das sus penitencias :

Dicite justo quoniam

bme.

(

Isaí.

3.)

(Quándo , Señor, ha de llegar el tiempo en que creamos

1uas

á

vuestra divina palabra , que

á

bs

erradas preocu–

paciones de los sentidos ,

y

i

las falsas sugestiones del

enen1igo de la

salvacion~

P U N T O

S

E G U N D O.

Caosider.a , que esta dulzura de la penitencia con–

siste propri-amente en aquella paz del alma , despues que se

convirtió

á

su Dios; en aquella suavidad interior ; en aquella

secreta alegría ; en aquella dulce esperanza ; en aquella

confianza filbl , que hacen gustar con antici pacion

á

las

-almas mortificJdas ,

y

penitentes las alegrías del Cielo : en

fin en aquellas t iernas ligrimas llenas de consuelo , que tal

vez derraman á los pies de un Crucifixo , en ]as quales

hallan placer n1as delicioso , gu to

m~s

exquisito , que en

todas

las fiestas,

y

diversiones del n1undo. De aquí nacen

aquel semblante siempre risueño ,

y

apacible , aquella tran–

quilidad , aquella paciencia inalterable , aquella constante

igualdad de humor , que se observa por Jo comun en los

hombres 1nas penitentes. El agrado , la dulzura con que

tratan á sus hennanos, es prueba evidente de la que gozan

en

S ~l

corazon.

Son rígido

, son penosos los exercicios de la peni–

tencia

1

es verdad ; el ayuno n1acera la carne ; la nlo<Jes-

t1a