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ABRIL•

.naciones , ni manchado jamas el candor ·de su inocencia.

Irritada la ira de Dios con las profanaciones, y sacrile:.

.gios del impío Emperador Constantino Copronymo, ene–

JJ1jgo declarado de

Jesu-Chris~o

, y de sus Santos, afligía al

.Imperio con un terrible azote que le desolaba. Era una espe–

.de de peste inaudita,

y

mysteriosa : aparecia de repente

ls.obre los vestidos una cruz de color azul , forn1ada con per–

feccion , y al mismo punto la persona , en quien se dexaba

_ver e ·ta señal , se sen tia tocada del contagio ,

y

espiraba

sin

.remedio pocas horas despues. El rigor de este azote se expe–

.rimentó en Constantinopla mas que en otra alguna parte

del Imperio : pereciéron mas de los dos tercios de aquella

.populosísima Ciudad con muerte repentina, y tocó esta

.suerte al padfe,

y

á

la madre

de

nuestro Santo. ·

Quedó Platón muy niño, enc01nendado

a

la tutela de

.un

.tio suyo, que atendió con particular desvelo

1

su christiana

educacion. Aprovechóse bien de ella.

habia en Cons-

. .tantinopla

jÓven

de

su

edad de ingenio mas pronto, 1nas

pe~

netrante ,

ni

mas desembarazado ; de 111ejor corazon , de

n1as. blando natu al ,

ni

de modales mas nobles , y e.1,1s cor–

tesanas. Sobresa ia principalmente su habilid:1d en

c1

manejo·

de los

ne~

cios ;

y

hallándose á Ja sazon sn

tio.

y

curado.t

en el emp eo de

hesorero General dd Imperio, le dedicó

á

una n1esa de

su

n1isma Oficina , donde en poco tiempo

dió tan grandes pruebcts de su exacta hombría de bien '

y

de sus raros talentos, que apénas se hablaba en la Corte

de otra cosa.

Con1o juntaba una singular circunspeccion, y gra:vedad

de costumbres

á.

aquella gran, nudnrez de jt1ici9 y solidez de

,entendimiento , descubrió sin ' dificultad los lazos que

el

n1tmdo iba armando

a

su inocencia. Hiciéron poca impre–

sion en su espíritu los atractivos de una fortuna brillante,

en que le .esperanzaba su proprio mérito. Inútilmente pu–

siéron sul virtud

á

la mayor prueba , con todo aquello que

mas

_ pudi~ra

tentar

i

qualquiera otro corazon ménos des–

engañado ,

ó

ménos sólido. Inútilmente le presentaron los

tnas apreciables partidos , le brindaron con los mas eleva–

dos

empleos• .Nunca

le

deslu1nbrá!o~1

las

ap~rentes brillan~

,,

-

te-