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DIA IV.
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Je como
á
Márty1:. Hiciéron los Bárbaros por este tiem–
po una irrupcion en aquellas partes, lo que obligó
á
Pla–
ton
á
retirarse al Monasterio de Studio. Los Monges qui–
siéron precisarle
á
que admitiese ·aquella Abadía, pero el
Santo se mantuvo firme en no aceptarla, queriendo vivir
no solo como particular , sino en cierta Jnanera como re...
clLiso. El tesan con que se mantuvo en no admitir á la Co–
tnunion al Clérigo, qoe havia asistido al escandaloso matri–
monio del difunto Emperador ,
exci.rócontra él otra nueva
persecucion de su sucesor Nicephoro. Enconáron tanto el
:ínimo de este Príncipe los Hereges encubiertos , que se–
guian la Corte , y eran enernigos Ll10rtales de nuestro San–
to , que le desterró
á
una de las Islas del Bosphoro. Pero,
muerto Nicephoro
á
manos de los Scytas , y derrotado su
exérdto, el Emperador Miguel, que le sucedió,
y
era Prín..
cipe piadoso , levantó el destierro
á
Piaron. Mas los gran–
des trabajos, que havia padecido , su mucha ancianidad,
y
sus continuas rigurosas penitencias aceleráron su muer–
te. Viendo, que se iba acerca1.1do
1{1
~ti
tima
hota , llamó
á
todos los Monges , que eran mas de novecientos ,
y
din–
d olos su bendicion , les rogó , que le conduxesen
á
la se–
pultura , que le havlan est"nado. Luego qne la vió, excla–
InÓ lleno de consuelo :
Este
eJ
lugar de mi ducanso has–
ta el ftn de los siglos
:
y
añadió despues :
el Señor cumple
los deseos de los que le temen
,
y
los libra de sus males.
Con–
curriéron las personas mas distinguidas de la Ciudad
á
re–
cibir su bendicion ,
y
á
encomendarse en sus oraciones,
siendo de este número el Patriarca Nicephoro. No dejó
Platon de orar hasta que dejó de vivir , continuando su
amorosa union con el Señor hasta el último · suspiro. En
fin , haviendo rogado
á
Dios en voz alta por todos sus
hermanos , por toda la Santa Iglesia , y en particular por
todos los que le havian perseguido, murió santamente el
Sábado de Ramos del año
8
r
3.
á
los
79.
de su edad, ha–
viendo· pasado los
55.
en el Monasterio.
Hz
Es-