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ABRIL.
hablar con
el
tnayor elogio de un
Heren1ita , célebre
et\
toda aquella region por su prodigiosa vida ,
y
en1inente
santidad. Alegre Prudencia con sen1ejante noticia , partió
á otro dia al an1anecer al lugar, donde ton1Ó l<}.s sef1as de
la
habitacion del Solitario ; pero viendo que estaba
á
la otra
parte del rio , lleno de sentin1iento , imploró el auxilio de
Dios, buscando los medios mas exquisitos para pasar ·el tor–
rente: Salió el Heremita
á
la P.nerta de la cueva á bendecir al
S~ñor,
segun tenia de costun1bre, al aparecer el
Sol
;
y
no-
· ~ando
el empeño del Jóven, condolido de que incautamen–
te se pudiera anegar , le dió voces para que desistiese de
aquella ten1eridad. Pero apénas oyó Prudencia sus ecos, lle–
no de confianza en Dios , sin temer el peligro , se arrojó
sobre bs aguas , y pasándolas
á
pie .enxuto , y subiendo
á
la gruta con velocidad , se postró
á
los pies del Siervo
de Dios.
Adn1irado Saturio (así se llan1aba el Heremita) de aquel
grande prodigio
ue acababa de ve
..
se arrojó en tierra
con el Jóven ,
it
sis iendo an1bo
con hun1ildad sobre sn
respectiva benCiicion ; pero no pudiendo vencer
á
Pruden–
cia
el Heremita , le levantó del suelo ; y entró de la n1a–
no en su Oratorio , donde diéron juntos gracias al Señor.
Exploró Saturio la voluntad del Jóven; y conociendo por
el exámen su verdadera vocacion ,
le recibió por discípu–
lo. Adelantóse tanto en poco tiempo en el camino de
la perfeccion , que el n1isn1o Saturio le veneraba con1o
Maestro , notando en él , lleno de ason1bro , los progre–
sos de los mas ancianos Anacoretas. Siete años se conser–
vó Prudencia en con1 pañía de aquel Venerable , n1ante–
niéndose atnbos con yerbas silvestres, etnpleando todo
el
discurso
del
dia ,
y
de la noche en alabanzas de Dios , al–
tísimas c·onten1pladones ,
y
santa conversacion ; hasta que
haviendo nu1erto Saturio , y sepultado en la n1is1na Cue
~ a
por su discípulo , se retiró de ella , dexando la puerta de
la
gruta cerrada.
Pensando Prudencia en el rumbo de vida que tomaría; ins–
pirado de Dios, á qúien ·jan1as perdió
de
vista , se condu–
xo
á
la . Ciudad de Calahorra, donde con sus sabios con–
se-