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ABRI~
sar
á
Nonnandía , donde le restituyó
á
la gracia del
Rey, –
el qual, depuestas sus -falsas pre.ocupaciones, reconoció
la
virtud del Arzobispo , que acreditaba Dios cada dia con
grandes milagros. Recibióle con respeto , abrazóle con ter–
nura ,
y
le volvió
á
colocar en la pacífica posesion de to-
dos sus derechos;
.
No gozó An5elmo largo tiempo de esta tranquilidad,
porq_ue acometido de una prolixa , y 1nolesta enfermeda-d,
se detuvo en la Abadía de Bec · , y no pudo restituirse
á
su Iglesia hasta el año de
1 107.
Fué recibido en -ella con
la
pon1pa, que inspira
á
los pueblos el res·peto , y la ter–
nura , que profesan
á
la santidad) y no estuvo ocioso en
aquella calma , porque se aplicó
el
vigilante Pastor
á
apa:..
centar
á
sus ovejas con
el
mas zdoso desvelo..
Causa verdaderamente adn1irctcion , cómo este gran
San~
to , en medio de una salud tan débil , y
tan quebrantada
con sus excesivas penitencias, con tantas , y tan n1olestas
persecuciones , con tantos trabajos ,
y
fatigas , pudo en–
contrar tiempo para
enriquece~
la Iglesia de Dios con tan
prodigioso número de obras excelentes , en Ja.s quales no
se sabe qué debe dmirarse mas , si su profunda erudicion,
y
sabiduría ,
ó
su tierna ,
y
fervorosa piedad. Son poco&·
los Doctores de la Iglesia , que
~an
tratad? los dogmas
nus elevados , y las qiiestiones tnas espinosas .,
y
sutiles con
tanta precision .,
y
con tanta solidez co1no este hombre
verdaderamente grand€.
A
él le debe la Theología Escolás–
tica su método. , y la
M
ystica , ó Ascética sus progresos.
Aunque en todos sus escritos se dexa reconocer la ter–
nura de su devocion, en ningunos brilla mas , ni se der–
rama con mayor abundancia , que en sus
n~editaciones
so–
bre
b
Pasion de Christo ,
y
siempr<:! que trata de las ex–
celencias de la Vírgen. La devocion
á
la Madre de Dios
nació con él, y
cr~ció
al paso de sus años. Fué nnb
d .
los primeros Doctores de la Iglesia ; que hablaron con ma..
yor emphasis,
y
con mayor energía de su inmaculada Con–
cepcion ; y no podia reprimir las lágrimas en el Altar,
ni
quando oia hablar de los privilegios. ,
y
del poder de la San.,;
tísima
Vírgen.
•
Ha·