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D 1 A X1 I.

2

I

3

sacrificios que los está pidiendo,

a

cómo

plleden

decir que

le

aman? Ten hoy

el

consuelo de persuadirte

a

mismo,

de probarte , de convencerte que amas á Dios. Bien sabes

lo que te está pidiendo tanto tiempo ha: tu Confesor, tu

corazon,

y

tu propria conciencia te lo dicen claramente.

No tie.nes que fatigarte mucho en buscar materia para ha–

cerle un sacrificio: ese resentimientillo , esa di version, esa

pasion por el juego , esa visita poco necesaria , esa delica–

deza, ese refinado gusto en vestirte , en componerte , en

presentarte ayrosamente en

la calle.

¡O

qué materia tan

preciosa, y acaso tan necesaria

!

Postrado desde este mis-

1110

instante á los pies de tu Crucifixo, dí

á

tu Dios, que

puramente por su amor quieres ir luego luego

á

visitar

á

aquella persona que te ha ofendido ; que quieres privarte

d~

tal visita , de tal concurrencia, de tal juego, que quieres

sacrificarle tal gala, tal dixe , dándole esta pequeña prue–

ba ·de que le amas. Mañana no faltad otra que le des.

,

2

Ni las personas que hacen profesion de devotas

d~..!

ben juzgarse excusadas de semejantes sacrificios. A

la

ver–

dad , las víctimas que pveden sacrificar no son de tanto

-valor, mas no por e o son de menor mérito , ni suele

CO$tar ménos

é

sacrific.uJas. No tienen que ofrecer con–

currencias profanas, pasion al juego , enemistades mal -di–

simuladas , galas , adornos excesivos ; pero cierto apego

á

algunas alhajuebs inútiles , aunque curiosas; cierta frialdad,

cierto despego con que tratan

á

tal, y

á

tal persona con

quien no congenian, efecto ordinario de no sé qué secre–

ta emulacion,

ó

envi.duela; cieúa inmortificaciqn , cierta

rusticidad

y

falta de crianza , cierra grosería natural; aque–

lla desigualdad de humor , aquella falta de agrado , aque·

lla sobra de delicadeza : víctimas son que se pueden

y

se

deben degollar. Determina desde luego

á

quil de ellas has

d~

aplicar el cuchillo , dando hoy á tu Dios esta prueba

de tu an1or,

y

de tu zelo. Un espejillo , un adorno de

la

celda , un mueble, una alhajuela demas.iadamente .cu,..

riosa darán bien que llqrar

á

la hora de la muerte

a

mu–

chas almas religiosas , q11e

á

poca costa pudieran hacer un

gran mérito para con Dios, privándose de el1as en vida.

DIA