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espíritrr
se
sirntifican
mutuamente.
Su·
cue~llº·
.nd,
1
o
siente el mas pequ eiío efecto del contagio, porque
le amma un espíritu tan protegido de
los cielos.
Y
su espíritu no es
tan protegido de
los cielos,
$i.a·a
por.que animé\ un cuerpo que dehe
$e.rv¡r de
templo
4
Ja
Trlnidad augusta. Todos emp¡ezan
á
.
l'~ibir
fa
impresiones de la luz del dia , quando
.
~
.
~us·
al!J1as están tod'avía sepultadas en
las~
tinie-'
'
lilas del pecado. Maríq
est~ba
todavía
sepuJt~da
en
las tinieblas ·de
las entrarías de su madre,
y
ya
su alma
recibía las
imp~esiones
de
Ja·
luz ele
la:
grscía.
¡
Qné digo yo! E,stando en
las manos
; e:l !
.
~riador,
él s,e apresara
á
embellece'rla.
Y·
el · ·
so-J ·
.....
.
plo de vida
~ue
la anima , lleva 'envueltos yon sfgo.
todos
los b,eqefl.cios de la naturaleza, tod?s·
l~$. q~nes del
Espírit~-Santo
, todos
los ·fa'vores ene erra .,,
dos hasta entóqces en los
tesoros
de
la
miseri .. :
cordia.
No es este un
e~ogio
que
la
piedad
áda
María 111e hace exagerar. Yo veo
á
la gloti.a de
m,i
Dios
~nteres,ada
en
~~
suya. Desde que concibo
~
'
esta Vírgen
~n
n1omento
eQ
pecado ., ya
~.e
apaga
á
•mis ojos
todo el cs.plen.dor ·· de
la
().hr~
.qi,as · gran-:
de -del Altísimo.
Sí ·,
yo oso decirlo,
~
yo
·en_cl!len
'!
tro
algo de monstruoso en
l~ econon~ía · ~e
la
en~