·~º
M~da.
es.
I~-
segunda
Eya que ta
debia.
destruir.
i
N9 podiai s
ll enar , Vfrgen purísima, un01
des-tinos
tan santos,
sin haber sido siempre
santa .
:Ni
tuvierais en el pie una
fuerza ha stante
par·a
hollar la pérfida oa.heza de ese monstruo horrible-.,
si os
le ü1festara primero
con
su.
ponzoiiosa
mor- ·
dedura.
. Paré\
esta
victoria
tan
ilustre
cuya
gl oria os
estaba reservada,
recibisteis , Señora, ,
desde
el pri 1ner
instante
de
vuestra
prh·ilegiada
Conce11cion , esa fortaleza extraordinaria qu.e el Sabio
.. DO
cr eia poder encontrar en Vuestro sexo :.
Mulie–
ye_m fartem, quis. inveniet?
Pur eso se sorpr-ende
quan–
do la encuentra en María,
y
pregunta ¿. quien es esta
que apareoe desde
el
oriente de su vida.,
terri.hl.e
como
un e]\ército
colocado en
ó.rden . d
batalla·?
.
-..
Qua? est
i~·ta
,
qu~
progreditur
'ferrihilis
ut
castrp--:
J'Um
acies ordinata?
Y
¿le pareceria terrible
u~.
Jnuger cargada de cadenas, sujeta
á
la tiranía
d.e.l
pecado,
é
incapa~
de res·istir
á los
asaltos
el.el. de~
monio?
No .:
él
la
vió. cercada por
todas partes
con la sombra del
Espí.idtu-San.to., apoyada
sobr~
el brazo del Dios
fuerte ,
cubierta. con el
escudo
de la gracia,
y
a:rmada
de
todas la.s
vir.tudes._
No
es. el
Sabio solo
á
_quien exoita_la.
Guriosi. 4~d .
esta- gvande
\'hiou.
Lo~
habitantes
del e-mpireo· de.sean
sabe~·
c¡uieni