·~
recibió la promesa de
un
libertador~
'Le
~speraban
•
fos
justos ,
y
le pedian
los patriarcas. Pero
las
-sombras
Y·
figuras en
que
hablaban
los pr"ofetas
t
no dexaban descubrir
el
modo con que ·
él debía
aparecer sobre la
tierra, hasta que
Isaías anun·
éia
sin enigmas que naceria de una vfrgen :
Ecce
tzJirgo concipiet
,
et pariet
filitt1n.
¡Santo Dios! -¿por
qué
consientes que descienda tu
llijo
de nuestra
.
taza corrornpida
?
¿Por
qué no
formas
su cuerpo
de
un
polvo pum, ··como formaste
á
Adan
ea el
I
paraiso
?
O
¿ por qué no · crias mas bien
allá
ea'
les cielos una nrnteria nueva, repitiendo esa
vo~
()rimipotente con que sacaste al mundo de la nada?
P.ero
yo
me -. ol·vtdál;>a ,. seiíores, que viniendo
J'esu ~
.CPisto
á
rescatar
á
los hijos de Adan del caud.\.
verio del demonio , era preciso que se vistiese
de
su carne : que vini'endo '
á
unir al lrnmhre con su
Dios, era preciso que juntase en sí mismo la
per-.
soná
divina' .
y
la naturaleza humana.
,.
Entre tanto
van cumpliéndose
los
orác'ulos
divin@s,
y
las semanas de Daniel están para espirar•
:Hoy
es el dia cu
ya
gloria se han disputado con ra.• ·
zon
los siglos anteriores. Acaba de concebirse en el
"vient1•c estéril de santa Ana esa Vfrgen que no
ha
de ,
dexar~
-de. .serlo - haciéndose - mad1·e . del Mesías.{