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'16
,Y si un fatal accidente hubiera cortado entónces· las
débiles lazos que la unían
á
la vida ' se nubiera
perdido sin remedio :
y
este
triunfo del
infierno
hubiera cubierto al cielo de
ignominia. ¡Qué e&•
pectáculo se presenta
á
la imaginacion
! ¡
Satanas le-
. vantando un troféo en medio del abismo contra
Ja.
celestial
J
erusalen
!
¡Los ángeles fieles contempland<>
1lenos de tristeza
á
su reyna
y
·soberana en p0der
de los .ángeles apóstatas!
¡Y
el Todo-poderoso vien–
do
por
toda
la
eternidad
á
s
ll
rival
saciando
su Tenganza en
la ruuger que él destinó para su
madre!
Yo
no puedo sostener mas
tit~mpo
tan hor–
roroso pensamiento. Santísima Vírgen ;
ó
vos
ha:–
heis sido concebida sin pecado, ó no sois ..
la mu–
ger que ha parido al Redentor.
Un Redentor perfcctísimo como
fué
Jesu–
Cristo
ti~ne
poder para redimir de un modo per–
fectísimo. De este debió usar respecto de su ma–
dre , hStciendo brillar en ella toda
la eficacia de
sus méritos. No
d~.
11
¡;¡ .
contentarse con dispensarle .
el mismo beneficio que al resto de
los hombres.
No debió levantarla corno
lo · .hace con nosotros ':
sino. impedir su ?ªida , corno
10
hizo con los
án ...
geles •. No debió redii;nirla de
la
muerte, sacándola
.como á Lázaro de las sombras del sepulcro
:
.sino
'.
•
,
I