LA PROPHECIA DE ISAIAS.
praeparasti
exp~Ctantibu_s
te.
5
Occurris t1 laetantl , et
f~cienti iustitiam : in viis tu1s
recordabuntu r tui : ecce
tu
iratus es , et peccavimus : in
ipsis fuimu s, semper , et itlva–
birnur.
6 E t
faeti
sumus ut immundus
omnes nos, et quasi pa
~s
men–
struatae k)niversae iu ·titiae no–
strae, et cecidimus quasi foli um
universi, et iniquita tes nostrae
qu asi ventus abstulerunt nos.
7
Non
~st
qui invocet no–
men tuu n ; qui consurgat , et
teneat t e : abscondist i faci em
roam a nobis , et allisisti nos in
manu iniquitatis nostrae.
8 ' Et n unc , Domine , P at r
noster es tu , nos vero lut um:
et fi.cto r noster tu , et opera
manuum tuarum omnes nos.
9 · Ne
a
irascaris,Domine, sa–
tis , et
ne
ultra memineris ini-
0
~
Los bienes , clones
y
grac~as
que ·
tienes , o Christo , preparados e n esta vi–
da y en la venidera para t us fi.eles , pa–
ra aquellos que te aman
y
te esperan.
Vease S.
PABLO
1.
Corinth .
II.
9.
s
Para abrazarle
y
reconocer par
tu
amigo al que se alegra de tu venida,
se c:mplea en obras de justicia, en cum–
plir puntualmen te tus ma-gda.mientos, sin
perderte jamas de vista.
Y
por el contra–
rio te mostrad.s enoj ado con aquellos p,er–
fidos, obstinados
y
ciegos de entre
n~~o
tros , que no t e qui sieremos recibir, hon–
rar
y
o bedecer : que pecaremos contra t f,
despt:eciandote , mal tratiodote
y
ponien–
dote en una Cruz : mas con todo eso si
)
d'
queren ' s , encontraremos reme
10
en tu
misericordia ,
y
nos salvaremos.
3
Como un leproso del an te de Dias
y
de las hombres.
Y
si
pare~e
que hay
~
Psqfm.
Lxxv111.
~.
j ado para aquellos que te esperan
:r.
5 Saliste
a
reci bir al q ue se
regocija
2
,
y al que hace justicia:
en tus caminos
se
acordaran de
ti:
he aq
ui
tu estas enojado , porque
pecamos : en pecados estuvirnos
siempre '
y
seremos salvos.
6 Y todos nosotros nos hernos
hecho como un impuro
3,
y como
un pafio el mas hediondo todas
nuestras justicias, y cairnos todos
corno hoja ,
y
nuestras maldades
nos arrebataron
cor.noun viento.
7 No hay quien invoque tu
nornbre-.; quien se levante ,
y
te
.detenga
4 :
escondiste tu faz de
nosotros ,
y
quebrantastenos en
mano de nuestra iniquidad
s.
8 Y ahora, Sefior, nuestro Pa–
dre eres tu,
y
nosotros el barro:
y
nuestro hacedor tu , y obras de
tus manos todos nosotros.
9 No te enojes,Seiior,en extre–
mo,
y
note acuerdes mas de nues·
en nosotros alguna justicia , todo esto es
semejante a un trapo socio
y
h.ediondo, ·
par causa de las inoume rables maldad es
con que acompanamos
y
contaminamos
aquellas aparentes justicias de los hyp6-
critas
J
udfos. Por lo quai
e.relugar no
puede servir de apoyo al error de las
Hereges , que preteaden que la justicia
d e! hombre consiste en sola la
no impu–
tacion
de los pecados ,
y
de ninguo mo–
do eo la pritl:ica de las virtudes, torci en–
do el sentido de este lugar, p ara enseiiar
con error pertinaz que todas las obras,
aun
l~
de las justos , son pecados.
• "Nadie hay que te aplaque , sirva
de medianero,
y
desarme tu justa c61era.
s
Es uo Hebraismo; par nuestr;C ini–
quidades: o umbien, por mano de nues–
tras iniquidades, que son nuestros crueles
verdUfiOS ,
y
nos atormentan sin
cesar.
•