CAPITULO X.
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5
Haec • et in consensu ne–
quitiae . cum se nationes contu–
lissent, scivit iustum , et con–
servavit sine querela Deo , et in
lfilii
misericord ia fortem custo–
di
vit.
6
Haec
b
ius tum a pereunti–
bus impiis liberavit fugientern ,
descendente igne in l:>enrapo–
lim:
7
Quibus in testimonium ne–
qu itiae fumigabunda constat de–
serta terra , et incerto tempore
fru u habentes arbores , et in–
credibif s animae memoria stans
:figrnentum salis.
8 Sapientiam enim praeter-
.euntes , non tantum in hoc lap–
si
sunt ut ignorarent bona , sed
et insipientiae suae reliquerunt
hominibus memoriam , ut in his
quae peccaverunt , nee l atere
po~
tuisse.nt.
9 Sapientia autem hos qui se
observant, a doloribus li beravit.
1
o Haec ' profugum irae fra–
tris iustum deduxit per vias re-
&
uando las Naciones todas, como
d . ndo e las manos , conspiraron a uoa,
y
se abandooaron
a
la maldad
y
a
la ido–
lc1trfa.
"I
riego
tSvwv
<Juyx,v8
v-rwv
,
de
his Naciones conjim
i
as
:
lo que puede
onvenir a lo que se dice de la confusio n
d las lenguas n la torre de B abel.
t
E cogi ' a Abraham ,
y
dandole
muestra de so amor, le preserv6 entre
ellas de p cado ;
y
quaodo le maod6 sa-
rifi.car a u hijo l&aac , le di6 foerza
y
valor , para qu e por compasion
y
ternu–
ra hicia u hijo , no desobedeciese al
man amiento de Dios. El Griego siipe
'Tov
Jfaa:iov ,
hallo
al justo.
3
A L o r , sobrioo del P atriarca Abra–
ham , lo sac6 de entre los Sodomitas.
5 Ella
misma
quando e alz.a–
ron las aci ones
1
en conspiracion
de maldad , conocio al ju to ,
y
con er 6le irrepr hen ible dela n–
te de Dio ,
y
le mantuvo
z
cons–
tante en
la
compa ion del bijo.
6 Esta libr6 al justo
3
que
hufa de los iimpi os que perecian,
quando d e cend ia el ucg sobre
la Pentapolis
4:
7
Yen testimonio de su mal–
dad esta aun la tierra humeando
desierta'
y
los arboles q ue dan
fr utos no sazonadoss,
y
se conser–
va una e ta tua de al par rnon u–
men t o de un anima incredula
6 •
8 Porque no apreciando ellos
la
Sabiduda , no solo cayeron en
la ignorancia de los bienes
1,
sino
que dexaron tambien memoria de
su necedad a los hombres, de ma–
nera que no pudo quedar encu–
bierto aquello en que pew:tron.
9 Mas la Sabidurfa a los que
la estiman, los 1ibr6 de dolores.
10
Esta gui6 por caminos dere–
chos al justo
8
quando hufa de la
4
Sabre las cinco Ciudades , Sodo–
ma, Gomorrha, Adama, Sebolm
y
Seger.
s
Que no llegan a sazon , bastardos:
que se parecen a los orros; pero que se
r educen en ceniza quando se abren.
6
Qua!
fue
la muger de Lot.
7
El Griego
E{3
A.ci{3'11<ra:v ,
no sola–
mentv.recibieron el d aiio ,
o ruvieron Ia
desgracia de igaorar el bien . ... Y no po–
dieron
quedar encubiertos,
haciendo pa–
tente a todos so locura en
lo
mism en
que pecaron.
8
La misma Sabidurfa conduxo dere–
chamente
y
sin trop iezo a J acob a la
Mesopotami a. 0 tambi en pres r fodo –
le asi d e la malicia
y
del pecado. Quan–
do huia d e la ira de
su
h
rmano
Esau.
a
G enes.
xr.
2.
II
Genes.
xix.
17.
22.
c
Genes.
xxv111.
5.
1 0.
0
Tm. VI.