l)20
SAN JUAN.
28
Et cum haec
dixiss~t,
abiit, et vocavit Mariam soro–
rem suam silentio, dicens: Ma–
gíster adest , et vocat te.
?9
llla ut audivit, surgit ci–
to , et venit ad euro.
30 Noooum enim venerat
le$ in castellum : sed erat
adhuc in illo loco , ubi occur–
rerat ei Martha.
3r
ludaei ergo , qui erant
cum ea in domo , et consol"–
bantur eam, cum vidissent Ma–
riarn quía cito surrexit, et exíit,
secuti sunt eam dicentes : Quia
vadit ad monumentum ut plo
ret ibi.
32 Maria ergo cum venis–
set ubi erat Iesus , videos eum,
cecídít ad pedes eius , et dicít
ei: D omine , si fuisses
hi~
non
¡esset mortuus frater meus.
33
Iesus ergo ut vidit eam
plorantem , et ludaeos qui ve–
nerant cum ea plorantes ,
in–
fremuit spirlt4 , et turbavit se–
~sum,
34 Et dixit: ¿Ubi posuistis
eum? Dícunt ei : Domine , ve–
ni , et vide.
35 Et lacrynfatus est Iesus_
·36 Dixerunt
ergo
ludaei:
Ecce
q¡~omodo
amabat eum.
37
c:;!uidam autem ex ipsis
dixerunt " : ¿Non poterat hic, qui
•
En voz baxa al oído.
:;¡.
Como
el
designio
"'1 Señor era de
resucitar a Lázaro ,
y
los sepulcros esta–
b:m fuera de poblado
,
por csro no quiso
entrar en Ja aldéa , e hizo llamar a María.
3
Excitó en su corazfl:t un movimien–
to vohuuario de dofor
y
de
~flic~
,
se-
s
Suprn
I J .
6,
28 Y dicho esto, fue
y
llamó
secretamente ' a María su her•
mana ,
y
díxole : El Maestro es–
tá aquí,
y
te llama.
29 Ella quaodo lo oyó , le–
vantóse luego ,
y
fué a él.
30> Porque J esus aun no ha–
bía llegado a la aldéa ' ·sino que
estaba en aquel lugar , en donde
Mar~
habla salido a recibicle •-
3
I
Los Judíos pues, que esta–
ban ertla casa con ella,
y
la con-·
solaban, quando vieron queMa–
ría se levantaba apresurada,
y
sa–
lia , fueron en pos de ella, di–
ci¡mdo :
Ai
sepulcro vá a llorar
allí.
32 Y María quando llegó a
donde Jesus estaba, luego que le
vió, postróse a sus pies ,
y
díce–
le: Señor, si hubieras estado aquí,
mi hermano no hubiera muerto_
33
Jesus quando la vió llo–
rando ,
y
que tambien lloraban
los Judíos que habían venido con
ella , gimió en su ánimo , y se
turbó a sí mismo
>,
34 Y dixo: ¿En dónde le pu–
sisteis? Dixéronle : V én , Se–
ñor , y lo verás.
35 Ydi'loró J esus_
36 Dlxeron entónces los J u–
díos: Ved cómo le amaba.
37 Y algunos de ellos d íxe- –
c.>n : ¿Pues este , que abrió los
mejanre en Jo exterior a las ·pasiones
y
turbaciones involuntarias en
los ·demas:
hombres. Con esro dió muestras de
su
bondad
y
compasion, queriendo afligirse
y
llorar como los otros ,
aunque
era
due–
ño
de
hacer cesar sus lágrimas resucitando
a
Lá.z;uo ,
~omo
lo
hi.zodespues.