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.-161-

t:a1~to

et anlor Con continuos trnmores, que buscó esa misma

noche al. Prelado

~levando

la costilla. Mas creyendo que no le

molestana del mismo modo una pequeña parte del hueso

qmtola antes ele

entregar~elo

al Vicario; pero se engañó,

pue~

estauclo en su celda crec10 mucho el ardor,

y

se le estremecía

tanto el cuerpo, que

ele

nuevo se del ató al Prelado

y

lueao que

le diú el pe<laci to rle hueso, cesaron del todo el ardor y l;s tre–

mores. Su piadoso hurto fué penado de un modo milaaroso•

pero tuv o al misme tiempo el consuelo de ver

la

costill~

cu:

bierta do carne fresca

y

roj a, exhalando la misma fraganci!t

que todo el cuerpo.

ARTICULO 3.

o

.1'1parecese dos t:eces el Siervo de D ios, acompañado de un sacer–

dote tambien difunto.

Para qno no se olvidase la memoria de Fray Martin, ni ¡¡e

dntlase de q ne h abían sido aceptas

á

Dios sus obras, ni de que

por nll as recibia en el cielo la merecida recompensa; renovaba

811

.Majestad de tiempo en tiempo los prodijios, entre los cua–

f.es

deben ntnnt-rarse sus apariciones.

Se ha dicho que por caridad acojió en su celda á

un

joven Espai1ol, que recieu llegado de Europa, no tenia donde

habitar ni como subsistir. Este jo,·en llamado Juan Vazquez,

su compañero cuatro años, y testigo ocular de muchos porten–

tos obrados por su bienhechor, habia declarado algunos cuando

¡;e principiaron las informaciones sobre las virtudes del

Sie~vo

de l) ios; p ero no habiendo es¡¡iuesto cuanto sabia, ó por

o~v1do

ó

por temor ele faltar

á

la yerdad, lo reprendi ó Fray l\Iartm de

esta manera.

.

Yivia frente al Monasterio "rle las Descalzas de San

José,

y

estando en su habitacion inmediato

á

la puerta de la.

calle, cerca ele la oracion, con un hijo suyo

~n

los b,razos, cuatro

años elespues ele haber hecho su declarac1011, oyo

qu~ ,

lo lla–

maban por su nombre y

~pellido.

Salió

á

la puerta, y vio para–

dos junto á ell a

a

dos relijiosos dominicanos: mas como _estos no

le dijesen mida, se e1}lr.ó adentro,

creye~~o

haberse

eqmvoca~o.

Pero oyendose llamar de nuevo, sah o

~egunda

vez,

Y

pre–

guntó

á

los relijiosos, si lo buscaban. H ablole

en~,onc~~

n_no ele

ellos,

y

le dijo: "Juan Vazquez, ¡no me co noces?

_FIJO

~mne­

diutameute Ja vista,

y

observó que era F r a.l'. llfartm qmen le

h;l.J:¡laba, Sobresa.ltóse viendo . a\ que h abia .murrto

muc~crs

.

2~