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i:lq'rilerda bujo
•de
la cábeza,
y la
derecha sob're
la1
cintnro;- )':
n&fando que se
de~cnca:jaban
los huesos, volfió
á
tender
el<
eacla,;er sobre his· labias. Qoech pegado
á
su mano siniestra
tin
trbill't¡ne ptesúíÚió fitcs'e tierra del sépnlcro;mascomprimiendo<
lo, adúrlio
qíie
era sangre coagúlada,
y·
que sn lnano estaba: te.
fíida de' ella. A<lmfra,rnnse todos,
y
para certificarse de
la
rea.
li<lad, liint)iando
:el '
P.'M.
Barbaran la mano del1lego con
011.
p añuelo bla1tco, quedó inan'ehaclo de sangre, por
1()
q11e asi el
Prelado
como
los
derrHt~
Relij'íosos, pidieron la mano al lego
y
la
beslli'on. El
cin~jano
asistentP araiiando
y
pnnzanclo la
cntis, 'observ'ú no 'solo qne la carne cubría los lrnesos, siilo tam··
bien
q~e
J;i
'c1His se'c0Joreaba coÓ10 caando
se
comprime
ó
punza uitlcuerpo •\•iv'O,!..
· · •
• "
Sacá1·onse lnegb' tocios los lutesos pol' órdeh del P.rela- ·
do,
y
antes de
'col<Ycat~dS''elt
1
4fuá 1
caja · pre1,;a1¡ada para esto,
besaron cada hneso
e!
Íséñb~
Virey
y
toda los· que asistieron.
DPspu!'s se puso la 'caja· soore el ferf'tro que se hal:ria hecho
-nuevamente vara' los•telijiosos di(untos;
y
se puso en la Iglesia
-clelaute ddl 'Alta1'
1
M1ly01·
·para hacerle
al
di¡¡ srgiiiente, las;
ecs:equlas.*·
~ ~!
J>_.C
!'lil .•
f
•
.
•
'
'
'"'
Qúeriénijo' el~~iéario
PrMlncial qne ·se híciesen con
de–
cencla 'pero
~intbH1lÍ
0
cio'.
a.'nádie convidó; m-as
fué
tan n¡1meroso'
~¡
concurso,
1
quld10 cania en él·templo, aun siendo tan espa,
cioso.
·Movidos de su· dcvocion y•del concepto que tenian del
Siervo 'de Dios, asistieron el Seiior Virey Conde
ele
Santiste–
b an, la Real Ancliencia, los domas tribunales, nobleza, rcJ.ijio–
iles
é
inmenso pueblo.' Concluida la · funcion,
1
llevaron
á
la
Capilla nue1:a del Santo Cristo, el feretro
q\ie
c011tenia la caj.a,
cargandola s'obre sus hombros, el Señor Virey,
~os
,Oidore
s ydemas personajes, disputandose todos la dicha de conducir
l.og·
venerandus huesos•
de
Fray Martin. Sacóse del feretro la c
aja,y
'in darle ningun culto, fui> colocada en una b
0
0\'eda subterra–
n ea, que •e habia nbiE>rto de antemano en la Capilla. Mas
aunque los relijiosos procurasen distraer del pueblo todo acto
<le
veneracion, el cielo mismo parecia excitarla; pues
perci~
biendose en la Capilla la misma fragancia que se habia perci:.
hielo en la I glesia
y
en el C!lpitulo, nobleza'y pueblo á uua voz
fo
proclamaban Santo.
' '
· Antes
ele
colocar
•el'
cadaver en la caja, separó
: eqretamen'te 'el lego una costilla,
v
la ocnhó dentro del Habito.
Inmecli'atarner1te sintió nn excesiv·o "ardor f'D
la parte de
su
,ct~i<rpo qu~ to~arya
el hneso, _.\'
nó•ÍO
tleclaró Tuego,_porque
n?·
013
descnbnesé
el
hurlo. Retti'ose
á
rsu
celda,
y
1se mcremenW;.