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hacieudose mas uot01·io por la sangre con qne se veían man–
chados Íos lugares donrle mas frecuentemente se disciplinaba;
se pttieron a lgunos ,-arias veces en acecho
á
la media noche,
y
ohsetTaron lo siguiente, segun lo declaró el
Pa~r~
Juan
de
l a
Torre. Se disciplinaba con mucho fervor de esp1ntu y actos
de contricion,
y
luego reprendiendose a si mismó,
y
despre–
ciando sus acciones se decia: "Perro mulato vil, ¡con qué cor–
"rcspondes
il
Dios los .beneficios que te ha hecho, haciendote
"hij o de la Iglesia, cri
stiano catolico, y relijioso compaiiero de
"tantos padres nobles,
rloct.osY.
santos, en
\'CZ
de haberte arro.
"jado al infierno por to
cios tuspecados y escandalas? ¿Ha:;ta
"cuando ha ele durar tu mala vida, tu tibieza y fl aqueza en el
"cjerCicio
y
ocnpacioncs que te se h an mandado." Diciendo
esto, se daba diez
y
seis ó ,-einte golpes muy fuertes de disci–
plina,
y
sintiendo agudisimos dolores, mofandose con alguna
sonrisa clecia: "Vi1·P pues bien, perro mulato, sirve
á
Dios con
"puntualidad
y
aten cion: enmicndatc:
y
dicho esto Yolvia
á
diE–
"ciplinarse derramando muchas lagri mas,
y
detestando su ti–
"bieza
y
pecados." Se noLó en otras ocasiones que oprobian–
dose
ni
terminar la rljsci plina, se clccia: "Basta: ya estas bien
"ajustado; pero dame palabra de enmendarle
y
cié \'ivir con
"tocia atencion, sirviendo
y
amando ,\ Dios con tocio afecto,
y
"á
tus amos Jos relijiosos que hacei;i las Ycces"tle Dios, porque
"sino lo haces asi, lo ha de pagar tu pellejo perro mulato."
Luego decia: "Ya esto está concluido; pP-ro ahora debo cumplir
" la
pal~bra
que h e dado
a
nuestros buenos an1igos,
y
se ciaba
"como cien golpes ele disciplina:
y
por itlt.imo volvía
a
discipli–
" narse cincuenta
ó
sesenta veces por las personas que Je habían
.,pedido las tuviese present."s en sus oraciones."
No le valía pues su industria para ocnltarse, ni era po–
·sible entre tan numerosa comunidad. Asi es que entrando
á
la
I glesia en alta "noche algunos relijiosos devotos para hacer
•oracion, temblaban al oir los azotes c¡ue sedaba el Siervo de
' Dios dentro de una ho1·Pcla, de lo qnc insffui<lO'' el prelado,
foé•á
la Iglesia al tiempo que se oían los golpes de Ja disciplina ,
y,
ontrando en Ja bm·eda, mandó con precepto de obediencia al
pc111lentc, que suspendiese la disciplin a,
y
saliese fn era: Obe–
·•leciole, mas Dios le hizo irn·isible al ü ernpo que salió de Ja
bO\·eda.
Obsen·aronle tambien varias Yeces, azotaudose en el
, capitulo,
y
pidiendo
á
Dios misericordia con afectos ele Ja mis–
ma. n \'a co1npuncion;
y
en inuchas ocasiones se oiau los crue..
'!e'S golq1es de disciplina que se daba en sn celda. ·I-Iabiendolos