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-_52-.

p0r la mala fe 6 por la enyiJia. Basw l ee r , para conYcnce1,se de esta-, lns

fu-,

1·ibundas contestaciones que Lan dado

SUS

Diarios

y

Reyis tas a los escrito1es

viageros que se ban at1·e ,·ido a

pronu~1ciar

la

blasfemia d e que no todo en los,

Estaclos-Unidos. es p e rfect::> , sublime , maravilloso. Su principal respuesta consis–

te en que los ex tra ;1geros no podemos p en e trar los ::u-canos de

la

sabiduria de·

aquella democracia, ni enten1rnos de la p eculiaridad de su estructura

y

cir-·,

cunstancias.

le guardare pues de hacer la mas l eve alusion a obras como las del ca- ·

pi tan Hall, 6 d e las senoras Trollope

y

Buttler , qne tan ru idoso escandalo ban

causad o en Am1fr icm ; p ero en cambio insertare algunos estractos il el ya citaclo

esc1·ito d el abog ado franc es :Mr . de Toucqueville , qu e ha b echo gran sensaci n

en Europa ,

y

c1ue inclinado foertemente acia la d ernocracia, dehe ser conside–

rado corno un testigo favorable

e

id6neo en este d ebate.

La mayoria ostentanrlo una omu ip o tencia siempre funesta

a

los inclh·iduosi

o

corpo raciones que la ejercen, no menos que

a

las sociedades r1ue la soportan,

lrnbiendo remO\ ido alli todas l as barre1·as atm las mas transi to1·ias , ha d ejado

abie1·to el camino

a

la tfrania

y

al impulso del momenta. «:No conozc o

»

(dice

este

autor .~

«

ningun pais doncle se encue nt1·e inenos independencia cle animo

y

m e nos libertad d e discu ion, que en Ame rica. » «La mayoria traza un cir–

culo fonni<laLle al r ed ed o r clel p e nsamiento . D entro d e esos lirnites

cl

escritor

esta seguro; pero desgraciado d e el si osa salir d e ellos

!

1

0

es d cc ir que te11ga

que

~em e 1·

un auto de fe ; pel'O se expone a di sgustos <le toilos gen er os

y

a.

p e rsec uciones d e toclos l os dias. Se le cierra la c a n era p olitica : ha ofenc!r<!9

i.

la sola po tencia qu e tenga l a facultacl de abl'irl a. Se l e l'!!husa t oclo, h asta .la;.

g·lori a. Ante> cl e p :1blica1· s us opinion es ,

el

creia ten er p a rtidari o ; le parece q ne

u o l os ti e n e ;ihor a qne

~e

ha d esc ubi crto a toclos: p o rc1ue los que l e

cc nsuran~

se expresan ahi e rtamente,

y

los que pi ensan come el, sin tener su d enueclo se

callan

y

se alt jan. C ecle , pl eg·a e n fin baj o

d

es fu erzo de cad·1 tli n,

y

vnel ' e

a entrar en el s il en cio, como si cxperime ntnse r em onlimientos c1 e h ab er dicho

la verdad . C ad enns

y

,-c rdugos son in s trumentos groseros que antes emplea ba.

b

tirania . P e ro en nuestros rli as la civilizacion ha perfeccionado basta

cl

d es–

p o tismo, que sin ernba l'gO p a rec ia qu e ya no teuia nada que ::iprend er. Los prin–

cipes habian , por d ccido asi, mate rializaao

l::i

violencia; las republicas d emo–

e d

Licas d e nuestro ti empo

l::i

han hecho tan intclectual como la voluntad hu-,

mana que qui el'e forzar . Bajo el gobie rno absoluto de uno solo , el despotismo_

para ll egar ::il ::ilma, heria gTose ramente

el

cuerpo;

y

el alma , escapando de esos

golpes, se ele vaba g lo riosa sobre cl: pero en las repi'.1blicas d emocraticas, no es

asi como procec!e la ti rania; deja el cue1·po

y

Ya d er c:chamente al alma. Pen–

snra como y o, 6 mo1 iras, decia antes el ;imo: ahora

4ice~Eres

libre para no

pensar como yo; te quedan tus bienes,

y

tu vida ; pero clesde hoi eres un ex-