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p0r la mala fe 6 por la enyiJia. Basw l ee r , para conYcnce1,se de esta-, lns
fu-,
1·ibundas contestaciones que Lan dado
SUS
Diarios
y
Reyis tas a los escrito1es
Y·
viageros que se ban at1·e ,·ido a
pronu~1ciar
la
blasfemia d e que no todo en los,
Estaclos-Unidos. es p e rfect::> , sublime , maravilloso. Su principal respuesta consis–
te en que los ex tra ;1geros no podemos p en e trar los ::u-canos de
la
sabiduria de·
aquella democracia, ni enten1rnos de la p eculiaridad de su estructura
y
cir-·,
cunstancias.
le guardare pues de hacer la mas l eve alusion a obras como las del ca- ·
pi tan Hall, 6 d e las senoras Trollope
y
Buttler , qne tan ru idoso escandalo ban
causad o en Am1fr icm ; p ero en cambio insertare algunos estractos il el ya citaclo
esc1·ito d el abog ado franc es :Mr . de Toucqueville , qu e ha b echo gran sensaci n
en Europa ,
y
c1ue inclinado foertemente acia la d ernocracia, dehe ser conside–
rado corno un testigo favorable
e
id6neo en este d ebate.
La mayoria ostentanrlo una omu ip o tencia siempre funesta
a
los inclh·iduosi
o
corpo raciones que la ejercen, no menos que
a
las sociedades r1ue la soportan,
lrnbiendo remO\ ido alli todas l as barre1·as atm las mas transi to1·ias , ha d ejado
abie1·to el camino
a
la tfrania
y
al impulso del momenta. «:No conozc o
»
(dice
este
autor .~
«
ningun pais doncle se encue nt1·e inenos independencia cle animo
y
m e nos libertad d e discu ion, que en Ame rica. » «La mayoria traza un cir–
culo fonni<laLle al r ed ed o r clel p e nsamiento . D entro d e esos lirnites
cl
escritor
esta seguro; pero desgraciado d e el si osa salir d e ellos
!
1
0
es d cc ir que te11ga
que
~em e 1·
un auto de fe ; pel'O se expone a di sgustos <le toilos gen er os
y
a.
p e rsec uciones d e toclos l os dias. Se le cierra la c a n era p olitica : ha ofenc!r<!9
i.
la sola po tencia qu e tenga l a facultacl de abl'irl a. Se l e l'!!husa t oclo, h asta .la;.
g·lori a. Ante> cl e p :1blica1· s us opinion es ,
el
creia ten er p a rtidari o ; le parece q ne
u o l os ti e n e ;ihor a qne
~e
ha d esc ubi crto a toclos: p o rc1ue los que l e
cc nsuran~
se expresan ahi e rtamente,
y
los que pi ensan come el, sin tener su d enueclo se
callan
y
se alt jan. C ecle , pl eg·a e n fin baj o
d
es fu erzo de cad·1 tli n,
y
vnel ' e
a entrar en el s il en cio, como si cxperime ntnse r em onlimientos c1 e h ab er dicho
la verdad . C ad enns
y
,-c rdugos son in s trumentos groseros que antes emplea ba.
b
tirania . P e ro en nuestros rli as la civilizacion ha perfeccionado basta
cl
d es–
p o tismo, que sin ernba l'gO p a rec ia qu e ya no teuia nada que ::iprend er. Los prin–
cipes habian , por d ccido asi, mate rializaao
l::i
violencia; las republicas d emo–
e d
Licas d e nuestro ti empo
l::i
han hecho tan intclectual como la voluntad hu-,
mana que qui el'e forzar . Bajo el gobie rno absoluto de uno solo , el despotismo_
para ll egar ::il ::ilma, heria gTose ramente
el
cuerpo;
y
el alma , escapando de esos
golpes, se ele vaba g lo riosa sobre cl: pero en las repi'.1blicas d emocraticas, no es
asi como procec!e la ti rania; deja el cue1·po
y
Ya d er c:chamente al alma. Pen–
snra como y o, 6 mo1 iras, decia antes el ;imo: ahora
4ice~Eres
libre para no
pensar como yo; te quedan tus bienes,
y
tu vida ; pero clesde hoi eres un ex-