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-12'3-

Tiierno

<le este, 6 sea

el

egercicio d el poder n ecesi:irio

para

consegu1 r el o'bgeto

de su formacion Un sobe rano es llamn<lo

constit ud onal ,

cuan<lo una cons Litu–

cion ha fijado limites p osi ti vos al ege rc icio d e su a uto ridad , sea en la r epresen–

tac ion sea en el gobierno d el Estaclo ( ")

El poder

y

autorida J. de la sobernn ia se deriva, con e fec to de la nacion–

cuando no por una ins tiLUci on posiLi va -a l o m enos po ;· su tacito reconocimien–

to

y

obediencia. La nacion puede tr::in s feri1-l a <le una m a no

a

Olra'

alterar

SU

ft>rma, constitu irl a

a

su ::irhiLrio. E lla es pu es

originariamcnt e

el sobcr a no.

(~)

Pero lo mas comu n es d a r este n omb1·c al gefe

o

cuer po que , inclepcnd ientc <1e

cualqni er o tra persona 6 corporacion , si no cs d e l a enlera comunida<l, 1·egula

el ejcrcicio de todas las autoridades constitn idas'

y

da l eye

a

todos l os ci uda–

daaos, esto es,

a

todos l os mi embr os d e

la

aso ciacion ci vil. D e a cp1i se igne

que el pocler l egi slati ,·o es

actual

y

esencialmeme

el soberano . E te pod er pue–

dc estar constitui do d e Y<h ios m odos : e n un a persona , como en las monarquias

aLsol utas; en un scnaclo c1e nobles 6 d e propictarios, com o en l as aristocracia ;

en una 6 mas cam:nas, de l as cunl es una por l o m cn os es d e cliputnc1os

cl

l pue–

blo , como en las d emocracias puras 6 m ixtas · en una asamb ea compucsta de

todos los ci ud adanos que t ienen derecho de su fragio , como en las repi1hlicas a n–

ti guas; en el principe , yen u na 6 mas c:\maras, com o en 1as m on nr q ubs cons–

tituc '.onalcs, q ue segun el n um ero

y

composicion d e aqucllas, puecl en p ar tici–

pa1· de la aristoc1·acia, clemocrac ia , 6 de amba5. En las m ona r qnias de esta es–

pccie se supone qne l a

sancion r tigia

es l a que c1a vigo r

y

fuerza cl e l eyes

i,

lo'

acuerc1os d e las asambleas l egislati' as ;

y

por consiguiente el princi pe ti ene en

cllas

el

titulo, nunqne no el poc1er de soberano.

E l principio d e l a soberania d el puebl o , segun l a justa expresion de un c!•

critor, se enc uentra siempr e mas 6 menos en

cl

fondo d e casi tocla s las insti tu–

ciones humnnas ; pero a lli queda orclinariamcnte c omo enterrndo. Se le obedece

sin reconocerl e ·

o

si al guna vez ncon tcce que se l e saque a l uz por un m omen–

ta, se apr suran

a

r ehun cl irle en l as tinieblas clel santuario. La voluntad na–

cional es una de las pal ahras d e q ne l os inLri gan tes de todos tiernpos

y

los d es–

potas de todo los siglos, ban abusac1 o mas ex tensamcnte. Los unos h an vi sto su

ex presion en l os su fragios comprados de algunos age ntes del poder · los otros en

los votos d e unn mi noria intercsacla 6 temerosa;

y

hay tambien qu ie nes la ha–

yan de cubier to enteramcnte formula d a en el ilencio d e

l os

puebl os, p ensando

que d cl

lie lio

de l a obediencia n acia para ellos el

derecl10

d el m nnclo.

Entre la mayor parte de

l o~

pueblos es te p r inci pio perm a nece o culto

Y

es–

teril' por causas de var ias especies. En las monarquias represen t:ttivas de Eu-

(•

J

Yattel; K tuber: Ke nt; B ello:

~e.