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ENTRETENIMlENTOS
piará
á
deshacerse. Sus sucesos abrirán los
ojos á sus vecinos , y sus conquistas le harán
mas enemigos , que le dieron vasallos. Las
qualidades que hoy admiramos en los Ma–
cedonios, darán lugar
á
los vicios de los ven·
cidos , y ser§ la Macedonia despreciada, en–
contrando finalmente un vencedor.
Seria preciso, Aristias mio, que mudase
Ja
naturaleza el cornzon humano , para que
Ja Política de nuestros Sofisticos pudiera
guiar un Pueblo á una felicidad durable. Si
no fuera porque nuestra razon nos hace abor·
recer Ja injusticia, la avaricia , el engal1o, Ja
violencia, &c. pudiera suceder que en algun
tiempo se la pudiese alucinar, engañar, y lle–
nar de preocupaciones, que no pudiera des–
truir; pero nuestras mismas pasiones son las
que detestan el vicio en nuestros semejantes.
Heridas de que Je posean, se irritan, y agrian,
y nada puede distraerlas. En tanto que un
horn.bre injusto, y sin
fe
indisponga sus Con–
ciudadanos; en tanto que una República
ambiciosa, y soberbia se haga sospechosa,
y
adio-
b~~lS=d~~i~Jo"F¡~~;ó~~~:u~rd~!fd~j:~sªG~r~:=: ~~~~;
conservaron los vicios, que lw habaan a:femin..tlo. Tuvo la
Macedonia enemigos :>in numero;
-y
eu.briagado.s
.iUS
R.eye;1
de la reputacion , que en otro ttempo lub1a tenido su Reyno,
se ocupa.ron trab:i]Có3mCntc,
y
sin
<!sito en unas cmprt-t.U
superiores a sus fuerus. Debilu.ados , y aborreciblH
á
sus
\'é–
cinos, fueron destnudos por los
Ro~os,
que llamó
la.
Gre–
cia
á
su socorro,
pu:i
esecurat
su
od.o
conua l\1ace.don1a,
y
cutigada
po.t
sus injuaioas , y ambician.