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huación del Arzobispo Fr. Fernando de Talavera,
el que corrigió
y
aumentó esta obra, corriendo
de su peculio los gastos de traslación de la impren–
ta necesaria para ese objeto, como así mismo la
impresión de este libro.
De los otros primeros libros impresos en las
demás ciudades de Europa no tenemos dato algu–
no, circunstancia que nos priva del deseo de ex–
tendernos más sobre esta materia.
Durante los siete últimos lustros del siglo
xv
(I ·~6S-I500)
la Imprenta ha producido, en las di–
versas naciones de Europa, notabilísimas
y
profu–
sas ediciónes de obras clásicas de autores griegós
y
latinos de la antigüeclad, como así mismo nume·
rosas obras de los más renombrados autores de
la Edad Media.
~
Según consta de nuestro cátálog-o de
INCUNABLES,
hemos podido anotar más de
70
edicivnes de los
clásicos griegos, figurando entre ellas las obras de
Homero, Aristóteles, Esopo, Ptolomeo, Plutarco,
Estrabón, Arato, Diosc6rides, Hierocles, Platón,
Hermes, Hesíodo, Pitágoras, Aristeo, Calistenes,
Aristófanes, Euclídes, Hipócrates, Teócrito, Pe–
riegetes, Teofrasto, Filan, etc . Las_ediciones más
numerosas de estos autores, han sido las de las
obras de Aristóteles, Esopo y Ptolomeo.
De los clásicos latinos, las ediciones hechas en
ese espacio de tiempo pasan de
1
so, siendo las
más numerosas, las de Marco Tulio Cicerón, Cayo
Plinio Seg-undo. Cnyo
J
ulío César y Firmano Lac–
tan cío; sin que se hayan d'ejado de hacer algunas
de los siguientes autores: Lucio Apuleyo, Aulo
Cornelio Celso, Quinto Horado Flaco, Cornelio
Nepote, Marco Anea
Luc::~no,
Tito Lucrecio Caro,
Marco Manilio, Accio Plauto, Cayo Tranquilo
Suetonio, Tito Livio, Pu blio Terencio, Valerio