III.
APRECIACIONES SOBRE LOS INCUNABLES
Por el precedente catálogo de los
INCUNABLES
estableceremos algunas apreciacionf!s fundadas en
hechos incuestionables.
·
Bien se comprende, que tanto Guttembcrg
y
sus colaboradores que han contribuido á los pri–
meros ensayos ele! arte de la Imprenta, cuanto los
impresores que primero han llevado este arte á
las diversas ciudades y pueblos de Europa, l:an
· sido guiados por cierto espiritu de egoísmo vitu–
perable que los impulsó á no querer divulgar el
•secreto de que se valían para la multiplicación de
los libros, con el único objeto de engafiar al vulgo
haciéndole creer que esos libros eran manuscritos,
y
corno tale'i, venderlos á los mismos s"ubidos pre·
cios que valían é tos en aquella época.
De allí que esos mismos impresores, para ha–
cer más palpable el artificio, trataban de imitar
con la mayor exactitud los manuscritos, no sola–
mente en la semejanza de la forma de los caracte·
res, sino tarnb1én en el uso de las abreviaturas
y
puntuación, y hasta en la calidad
y
color del papeló
vitela que usaban los copistas: !ué tal su e:.crupu–
losidad al respecto, que hasta la!'> iniciales capitula–
res que no podían imitar tipográficamente, las ha–
clan á mano, adornándolas con muchos arabescos
é
iluminándolas de diversos colores realzadas en
algunos casos con adornos dorados ó plateados,
tal cual se usaban entonces en los manuscritos.
Por ese prurito de im'itación, es que muchas de
las primitivas ediciones tipográficas carecen de la
fecha de su publicación, del lugar donde han sido