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EL
HOMBRE
por una espina,
ó
hueso
rnezcl do
con el alünento,
yá
por una
t
j
que el ayre voló sobre nuestra ca–
beza, y por otro 111illar de accid n–
tes,
Ó
n1enos inopinados, corno lo
de las enfennedades,
ó
111as
inopi~
nados, C01110 los del nlatar
a
uno
creyendo es otro,
y
aun ajusticiarlo
por falsas deposiciones : la narra–
cion de cuyos exelnplos fuera
lar–
ga ,
y
poco necesaria, por
lo
facil–
l11ente que se vienen
a
los
ojos: con
que acostull1brandose
á
lnirar
la
vida, quando se considere como un
bien ageno ,
y
de que solamente
po–
denlos gozar un tielnpo limitado,
y
sin hora, ni tern1ino conocido;
es cierto, que si nos causáre dolor
su privacion , será menor el que no
causáre. Pues loco fuera el que ha–
viendo entrado en una casa de r -
creacion,
y
deliciosisimos jardine
.
.
___zenos, sIntIese con extremo,
qu
,
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