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· OLORIA '
-
,
«Perdóname, amor
y
salvación miá-bal-. '.
I
buciÓ
Morton,-perdónenme ~
todos; pero no
estQY suficientemente instruído ·alío en los
dogmas cristianos,
y
temo decir algo que sea
resabio del culto que ahandollQ,.
~
.1
-
Gloria rogó al catecúmeno que se sentase.
i
Le causaba terror su palidez, su consterna- ':
ció'u y sobresalto; pero esto tenía explicación
satisfactoria por la
singularidad.de~quel
acto
y
el trastorpo que {la. presencia de la mujer
J
amada debla producir en
el
alma del
extra.n~
•
/ Jero.
Venía de la. plaza de Lal) tigua un l'umor de
gente'
y
de religiosos cánticos. Pas.aba :la
pro~
cesión de
J
neves Santo,
y
Serafinita, corrien–
do al balcón, se arrodilló. Todos la imitaron .
. Gloria
y
Daniel estaban juntos
á
la derecha de
la setíora; D. Buenaventura
á
la
izquier~a"
'¡'ras cuatro guardias civiles que iban des.–
pejando.,
pa~ó'
el negro pendón enarbolado por
un hombre; pasó ]a cruz negra, 'acompafíada _
de los dos ciJ:iales; siguió el primero de
108
pa–
sos, que era la
Oración en el Huerto, 'y
108
que
conducían cruz, pendón , cirios
é
imagen, se
quedaron mirando al balcón de Lantigua, don–
de había una cosa extraordinária, inaudita: el
1-