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B. , PltREZ GALD6S '
y
debo creer,
al
verle acudir tan puntual
á
mi
llamamiento, que no es indifereÍlte
á
ellas,
'aunque
no sea
sino
por et_reínordimjento de '
haberlas causado.
'
-E~
la segu'nda vez
que
vengo después de
aquellos
terribles
días-répuso, Morton.-Al
volver con tanta insistencia alIado de los que
o·f~n~f"
demuestro que deseo ardientemente
~
,
,-
<1
desagra
viarIos.
..
.' ,-
.-Ahora
se
probará.
YO .he
U.amado
á usted
contra el deseo de mi familia
y
de la
misma
Gloria. Separándome
de~
,su
opinión ' en mate- .
ria tan delicada, creo que
~sto
puede 8rreglar
se"
y ..•
qué
s~
yo... se me figqra que lo conse–
guiré, si
haUo en el
autor
de
.nuestra
deshonrs
las ideas elevadas, la dignidad y el sentimien–
to' del honor que supongo siempre en todo
caballero
bien ed,ücado, cualesquiera que sean
sus creencias. He tomado informes en Madrid,
.
"....
.
y
por 'personas de .su -raza de usted,
á
quienes
estimo
mucho,
he
sabido
que
no
tendré que
h abérmelas con un
calavera,
ni' con un hom–
bre corrompido y
SiD
conciencia, insensible
á
los estiro
uIos
del honor.
- ¡No
soy
un
malvado
para
ustedl .•.-dijo
el hebreo con expresión de gratitud.-Mayor
consuelo
~o
podía .yo recibir después
de tan–
tos ultrajes... INo soy un apestado, un répro-
•