/
/
B. PÉRE.2.
Gl\LD6S
En lo exte·rior de la casa, los desperfectos
causados por el último . invierno no habían
sido
r~pal~ados.
Faltaban pedazos de yeso
y
molduras. Por no hallarse
en
buen estado los
canalones, existía en la pared de Levante un,a
gran mancha de hume!iad, al
modo.desombra
irregulaf y compleja , que casualmente parecía
repioesentar una
fj'gur~
ó
monstruo de
mu~ha~
patas y amenazante boca. La 'veleta se babía
doblado con los poderosos bofetolÍes del : hu· .
racá~, -'y
la flecha, <iesquiciada y ' sin
m()vi–
miento,
seña~aba
siempre
~l ·
Norte. Estaba
muer ta.
~
-
- Dentro podían notarse asimismo los tristes
efectos del abandono. Algunas 'estancias no ha- .
bian sido abiertas en mucho tiempo. ·EI reloj
de gran esfera
y .
tiJhbre resonante que estaba
,-r
en el vestíbulo p&ra advertir
á
todos los de la
casa la hora
d~
las obligaciones, de los place--–
res, del descanso y _del trabaj o, había. enmu–
decido,
y
su rostro mofletudo, que tan bien
sabía responder antes á los que le preguntaban
cosas del tiempo, no expresaba ya nada, como
no fuera la 'inmovilidad y el tétpico silencio de
la muerte. En vano D. Buenaventura trató de
. ponerle en movimiento con el -dedo, ora
im–
pulsando las agujas, ora el péndulo. El reloj
daba
dos ó tres latidos, unas cuantas puls8tcio-