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II!
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Gloria no espera un novio, sino
UD O"'po.
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Son ya las diez, papá-dijo la eeflorita con
impaciencia.-Desde la estación de
Villa.mo–jada aquí no se tardan más ·de dos horas.
-Sí;
pero sabe Dios
á
qué hora habrá lle–
gado el tren.-repuso el padre.-Esta fórmula
abreviada de la civilización se toma unas li–
bertades..• No hay que impacientarse. Desdo
que llegue el coche al ventorrillo de Tres Ca–
sas nos
)0
avisará el tío Gregorio disparando
un buen punado de cohetes, que alegrarán
con sus estallidos la comarca. Caifás está en
la torre aguardando el primer chispazo para
echar
á
vuelo las
campana~.
Descuida, que
no podrá darnos una sorpresa: habrá dema–
siado l'uido.,
Gloria se asomó de nuevo para mirar á la
torre de la Abadía, que por encima de los te–
jados alzaba
su
caduco campanario,
y
dijo con
al orozo:
e
Sí: allí esté. Caifás con todos
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chiquillos,
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r do al' re icar
á
que reviente en
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