JUEGOS FLORALES
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Em
Maria Sahnaraura, descetúlient.e legítima del. .
dosdichado Hnáscar, qne á
Ja
edad de siete años, y
tr:1.s lmgfls peripecia!'!, fué tmida
á
esta ciudad
do·
Potol:\Í pot·
nn
israelita,
Jacob M&r'sés-que
~~~
la
A
mériea
pa~aha
por el
portugués Gamboa-rico
mi ·
tl6t'O del fahn!oso cerro, qne t.antos tesoros
1nanclo ·
á la vieja Europa y tantas lágrimas
y
tanta mise ·
ria tt·¡:¡jo
á
nne:>tro destlichai1o suelo.
·
Hast.a hoy. uo se ha poditlo sabet· por qné,
é~-
·
t.e malvado, arrancó del hogar paterno
á
aquella her ·
mo!'a ni'ñl1 y en edad tan tieruH.
.Los patlt-e.s de
M
~tria
hicieron las mas iuútile8 ·
pe"qnizas !'ara encoíJtrar
á
sn hija, p01·qne el mis–
terioso Gamhoa-en. quieu la inquisi·cion hab1a
ya
puesto sus Pjos.--la tenia mny bien oculta,
·o{ar
en una
cnsa de arrabal que post·Ía al pie del cen·o,
ora en sn ingeuio de CantnnH\n·a, y allí le ¡)rodi
gaba mil cuidados ro,le:lndola· de
comodidade~
y te–
soros; pero le e.st.aba .prohibido respira•· el aire
libre ~
y contempla:· la lnz del dia.
.Así creció la
p~tbre
niña, crecien,1o tnmbien en
hermnl'lut·a
y
gentileza, y daudo el título
d~
padre
á
aqnel viejo
repn~naute.
Pero Mal'Ía
f'J
a cristiana
y
fiel devotn del Se–
ñot· tle la Vt:.'ra Ct·n:r. y le em permit,ido, los días tle–
fiesta,
asi~t¡,.
á San Frandsco
á
la misa del alba, eu
compañia de 11na dneña quintañona
y
seguida de tm·
~équit.o
iuunmerahle tle ctiado·s
y
de esclavos. Co–
mo el amo•·,
ape~ar
de ser ciego, busca una mit·afln.
pam penett'ar pot· los ojos
y
ablandar· los corazones.
vió pnes, en aqnel momento, ocasión propicia pa–
ra lanzar su darrlo en el corazoncito apenado de
la hennMla y real Cl:'utiva. Era el caso qne otro
jóven distinguido, y en cuyas venas conía
á
torren–
t~s
sangre real del viejo mnntlo, tambien tenía
costumbre, en los dins feriados,de oir devotamente,