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Tupac Amaru e11 debate: estudio bibliogrdfico crftico
producci6n» al momento de la rebeli6n, dando especial enfasis al sector agrario,
habla incluso de la existencia de un sector «feudal latifundista», siendo a su
criterio uno de los objetivos de la rebeli6n transformar el regimen de propiedad
de la tierra, produciendose una verdadera «revoluci6n agraria», para lo cual
cita el caso particular de Oruro.
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°
Con respecto a la minerfa acierta al seftalar
las durisimas condiciones en que era obligada a trabajar la poblaci6n indigena,
pero la idea de que estaba en crisis ya ha sido superada y ahora sabemos que
estaba en franco proceso de recuperaci6n. Menos importancia le da a la
producci6n textil y artesanal, asi como el comercio, que tambien se encontraban
en situaci6n dificil.
En la segunda parte se tratan «diversos asuntos sociales», como la
religiosidad presente en la dirigencia rebelde. El catolicismo estaba bien
arraigado en los maximos jefes rebeldes, es el caso de Jose Gabriel y Diego
Crist6bal Tupac Amaru, mientras que en la poblaci6n andina subsistia un
pensamiento magico religioso. La actitud del clero tambien estuvo dividida,
seg\ln
el autor la alta jerarquia de la iglesia cat6lica fue opuesta a los rebeldes,
en tanto que los «curas de aldeas» apoyaron la causa tupacamarista
«desacatando a sus obispos y menospreciando excomuniones» (VEGA,
1969:81)
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destacando las figuras de Jose Maruri,
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Antonio L6pez de Sosa,
Isidro Rodriguez, Vicente de la Puente, Gregorio Santa Cruz, Ildefonso Bejarano,
entre otros. Otro de los aspectos que enfoca, en el segundo capitulo, esta
relacionado con el derecho virreinal y con el hecho de c6mo Tupac Amaru pudo ,
manejarse legalmente. Una primera idea clave es que aunque las leyes eran
justas y en defensa de los indios, la realidad era muy distinta imperando la
injusticia, el robo y el abuso. Tambien explica sobre los contactos que tuvo el
cacique con algunos juristas de nota cuando realizaba gestiones en Lima y los
propios conocimientos que tenia sobre la legislaci6n vigente. Luego examina
brevemente la actuaci6n legalista de Tomas Catari, lider de la rebeli6n en el
Alto Peru. Dedica otro capftulo a las heroinas de la rebeli6n, destacando en
primer lugar a Micaela Bastidas, mujer de Jose Gabriel; Manuela Condori, mujer
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152
Estamos en desacuerdo con esta hip6tesis de Vega, pues consideramos que no estaba dentro de los
planes rebeldes hacer una reforma agraria y que la toma de haciendas y tierras respondi6
mU
bien a la
necesidad imperiosa de abastecer a las tropas rebeldes.
Es
preciso ubicar al autor dentro de la coyuntura
que vivfa el Peru en
esos
momentos, nos estarnos refiriendo al gobiemo militar de! general Juan Velasco
Alvarado, quien inici6 una reforma agraria en el Peru precisamente en
1969,
afto en que se edit6 este libro
en que estos temas estaban en boga.
Otra vez reduce su amUisis de la divisi6n entre los ecleshisticos a la existencia, por un !ado, de
una
alta
jerarquia,_y por otro,_de
un
bajo clero o «curas de aldeas,., como los denomina; los primeros apoyando
a los perunsulares, rruentras que los segundos a las masas indfgenas.
En
el Archivo de! Seminario de Santo Toribio existe una Real
C~dula
sobre la causa seguida a
Jo~
~~·
cura de Asillo, por c6mplice en la sublevaci6n de Tupac
Amaru,
fechada en Madrid el
31
de
d1c1embre de
1786.
V~ase
Vargas Ugarte,
Man11scritos peruonos en los orchivos de Amlrica,
Biblioteca
Peruana, t.
1v, p.
291.
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