

RAUL P ORRAS BARRENECHEA
gicos del sentimiento. La llama
de su fuego poetico se asfixia
bajo el peso de centenares de
volumenes.
Erudito antes que escritor,
glosador y coleccionista mas
que jurista o historiador, bibli6-
filo empedernido, iniciador de
la bibliograffa americana , en
Antonio de Le6n Pinelo cabe
admirar sobre todo al traba–
jador intelectual de
SU
epOCO,
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con todas sus calidades y de–
fectos , prejuicios, limitaciones,
afectos, pasiones, creencias ,
entusiasmos y alucinaciones .
Fue de los grandes acarreado–
res de material para la historia
natural y la ordenaci6n jurfdi–
ca de America . Fue uno de los
mayores obreros de la Recopi–
laci6n de Leyes de Indios, y por
su curiosidad multiple, uno de
los mas insignes humanistas de
su tiempo.
Con el polvo de citas mile–
narias, con una paciencia de
insecto benedictino, teji6 la
trama sutil y fragil de su obra
mayuscula -El Parafso en el
Nuevo Mundo- sujetando sus
conclusiones con el flebil hilo
de una soffstica temblorosa,
hasta dejar, despues de lentos
y penosos esfuerzos, suspense
en el aire, el effmero y delez–
nable artificio de una tela de
arana .
Joyas de la Biblioteca